ALFARNATE
Alfarnate es un municipio que se encuentra en el extremo nororiental de la provincia de Málaga, dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía, lo que se conoce como la Alta Axarquía. Se encuentra rodeado por las sierras de Enmedio, Palomera y Jobo y su centro urbano está a 888 m sobre el nivel del mar (alcanzando los 925 m en la ermita de Monsalud) lo que le hace ser el pueblo mas alto de la provincia malagueña; característica que no se refleja en sus calles que son llanas y solo se estrechan en determinados puntos de la población. Pertenece al Corredor de Málaga, conocido anteriormente como Campo de Cámara, junto a Casabermeja, Colmenar, Riogordo, Alfarnatejo y Comares.
Situado en el norte de la provincia se halla completamente rodeado de sierras pertenecientes al movimiento geológico de la Subbética con formaciones de dolomías y margocalizas, como la Sierra de Camarolos por el suroeste y la Sierra del Jobo, cuyas cimas forman la frontera de su término por oeste y noroeste, con el pico del Chamizo. El norte geográfico es también, con el puerto de los Alazores, la divisoria con la Sierra de Alhama que la recorre de norte a sureste, con formaciones como el Tajo de las Palomas, para encontrarse en el Puerto del Sol con la Sierra de Enmedio que la delimita por el sur con picos como el de Vilo, Gallo y el Morrón de Malinfierno que protege el pueblo por el sur. En medio de estas sierras de considerable altura, Alfarnate se emplaza en una depresión, lo que lo convierte en un pueblo axárquico de lo más singular por su rasgo de pueblo de montaña. El terreno del término municipal de Alfarnate supone un contraste pronunciado entre valles y sierras. Todas estas circunstancias le brindan a este lugar una calidad de vida y una tranquilidad singular, tan difíciles de encontrar en las grandes ciudades.
El nombre del pueblo parece provenir de la palabra árabe Al-farnat, que significa ‘molino de harina’. Aparece documentada la referencia en el siglo X como zona de fuerte producción de harina en los escritos del cronista del siglo Ahmad al-Razi, donde se recoge la importancia del cultivo de trigo en aquella época y los susodichos molinos harineros. En el pueblo vecino de Alfarnatejo todavía se pueden contemplar dos molinos harineros que funcionaban con el agua del arroyo (en siglos anteriores de mucho caudal) y que dan una idea de lo que era esta zona en aquellos tiempos.
Popularmente, a esta localidad se le denomina El Lugar, término usado para referir que es un municipio de nueva planta erigido por la dominación cristiana y que alude a su origen como pequeña población que dependía de otra.
Los primeros pobladores se instalaron en estas tierras en el periodo Musteriense (entre los años 100 000 y 30 000 a. C.), por lo que serían los neandertales quienes se asentaran por vez primera en aquellos valles vírgenes. Las razones de su elección son numerosas; se trataba de una localización provista de agua en forma de multitud de arroyos, animales para la caza y vegetación variada de la que recoger sustento. Además, se proveían del sílex y las calizas silíceas procedentes de la sierra de Enmedio, así como los sedimentos descubiertos en las terrazas fluviales para fabricar sus propios utensilios, concretamente, las del arroyo Palancar y Morales.
Del periodo comprendido entre el Pleistoceno superior y el Neolítico medio-final, no ha habido ningún hallazgo de actividad humana en la zona. Habrá que esperar al Neolítico final para volver a tener testimonios de ello, aunque no demasiados. Sí que se producen con mayor abundancia para los restos de la época del Calcolítico-Bronce, muestra de ello serán los descubrimientos sucedidos en el Puerto de los Alazores a 1040 metros. Correspondiente a la Edad del Bronce, se encuentra un enterramiento en el Puerto del Sol; se trata de un sepulcro individual localizado cerca del cortijo de Villa Elvira enmarcado por dos lajas. Para realizar el enterramiento, se había extraído tierra y amontonado como escombrera, donde aparecieron fragmentos de un vaso confeccionado manualmente, un cuenco semiesférico, dos cuchillos, fragmentos de sílex y una mandíbula inferior humana.
Sucediendo en la historia, los siguientes restos encontrados podrían ser de época romana, ya que no se tiene completa certeza de ello, en el cerro del Castillejo. Destacar que durante esta fase, existirían dos vías cuyo itinerario pasaba cerca de la localidad.
Sería el anterior enclave un lugar de predilección a lo largo de la historia ya que en la época musulmana también se encontraron aquí restos arqueológicos, especialmente de una modesta fortaleza, una alquería y de cantidad de monedas emirales y califales. Empezará a utilizarse la denominación de Al Lawnat para este emplazamiento en el siglo IX que, de acuerdo a Joaquín Bermejo Vallvé, se trataría del actual Alfarnate. La producción de trigo será abundante durante esta época en la localidad, de ahí la construcción de instalaciones para su molienda, como son los molinos harineros, y las referencias a ello incluidas en su nombre, como se ha dicho anteriormente.
Durante el periodo islámico, la localidad estaría supeditada bajo el poder de una ciudad llamada Zalia, que corresponde actualmente a los municipios de Alfarnate, Alfarnatejo, Periana, Viñuela y Zafarraya. Estuvo considerado un territorio de gran auge económico en Málaga debido a sus excelentes zonas de regadío, montes y su magnífica comunicación para la exportación de mercancías, sin embargo, esta prosperidad no duraría eternamente y es que después de la toma cristiana de Antequera, Archidona, Alhama de Granada y Loja en el siglo XV, la decadencia será notable, hasta que a finales del mismo, en 1485, fue abatida en contienda. Con el propósito de prepararse a la toma cristiana de Vélez-Málaga, Fernando el Católico acondiciona los accesos a la misma para facilitar el transporte de artillería creando, entre otros, el puerto de Alfarnate. A partir de la deseada caída de Vélez-Málaga en 1487, Zalia se incorpora a la corona de Castilla y los Reyes Católicos entregan estos dominios a Vélez-Málaga a través de una carta de Privilegio un año después. Ante la situación deplorable en que se mantenía Zalia, la zona malagueña se dividirá por dos repartos en diez pagos, entre los que se encuentra Alfarnate. Tras los repartos, la parte que correspondió a Alfarnate fue de 728,65 ha.
De 1489 a 1490, se empezó a repoblar la zona con colonos procedentes de toda Andalucía. Tras varios años de contienda, descubrirían un terreno prácticamente virgen. El sitio exacto en que se emplazaran estos pobladores aún sigue siendo difuso; unos lo sitúan en el Puerto de los Alazores y otros en la Venta de Alfarnate, o incluso donde hallamos la actual localidad. Por entonces, Alfarnate y Alfarnatejo eran realengas. En 1609, Alfarnatejo ya tendría un alcalde nombrado por Vélez, en cambio, Alfarnate sería un municipio de chozas y casas humildes de teja.
Del siglo XV al XIX, en esta zona se acometen numerosas contiendas entre Vélez-Málaga, Loja, Alhama de Granada y Málaga por la proximidad de Alfarnate con las mismas, la más complicada sería la que se disputaba la Dehesa de Zafarraya. Desde 1771 a 1781, 400 alfarnateños trataron de adquirir legalmente 128 hectáreas pertenecientes a la misma, en concreto, próximas al Pecho de Santa María. Ante la negativa de la ciudad de Alhama, los ciudadanos lo comunicaron al Consejo de Castilla, quien convocaría un cabildo en que participaron 172 vecinos junto a 90 más que se unieron después. Se acordaría entonces anexionarse territorios de Marchamona y la Mojeda ante el visto bueno de los funcionarios, sin embargo, las ciudades a las que les pertenecían no lo admitieron, sobresaliendo la oposición de Alhama al considerar que los alfarnateños eran los más pudientes de Vélez, quienes trabajaban la ganadería, la agricultura y la trata de lana. 1779 sería el año en que se comunicó a Alfarnate la oposición a la anexión de terrenos que desembocó en revueltas populares y muertes. También existió disputa por la Dehesa del Rey y la del Campo de Cámara con una trama similar. No será hasta 1874 cuando se delimite finalmente la línea divisoria entre Alfarnate y Loja a través de un acuerdo entre los alcaldes de ambos. Ya se reconoce con el título de Puebla.
En el transcurso de la Guerra de la Independencia, año 1811 exactamente, hubo desplazamientos de tropas francesas y españolas por el municipio. En concreto, en marzo, el general Vichery y el comandante Bellanger, del ejército francés, irán de Canillas de Albaida a Alfarnate para enfrentarse al jefe español Cebrián, quien al verlos prefiere retirarse. Para echar al español Pedro Sola de la zona de la Alta Axarquía, cuyo ejército se conformaba de 100 soldados de caballería y 1200 de infantería, tardaría Vichery dos días (4 y 5 de agosto). En 1815, el pueblo de Alfarnate reclama al rey Fernando VII el título de villa y la independencia de Vélez-Málaga, con el beneplácito de este.
En esta época, surgieron los bandoleros después de la Guerra de la Independencia, al transformarse los guerrilleros en salteadores y bandidos, debido a la repartición de tierras y la pobreza palpable entre los ciudadanos agravada por la invasión francesa. En la Axarquía, tendrán su auge en el siglo XIX, testimonio de ello son las evidencias encontradas en la Antigua Venta de Alfarnate, como un azulejo encima de la puerta que da al calabozo que reza lo siguiente: “En marzo de 1824, pernoctó en este calabozo el bandido madrileño Luis Candelas durante su conducción de Madrid al presidio de Málaga, donde cumplió condena por el robo de dos caballos y una mula”. Fuera, encontramos otro que atestigua el hurto en 1850 de la correspondencia que venía de la Chancillería de Granada. Bandoleros conocidos que rondaron el municipio serán el Pernales, Luis Candelas, José María «el Tempranillo» y Luis Muñoz García alias «el Bizco del Borge». Este último tuvo una historia morbosa y es que tuvo una amante oriunda de Alfarnate de nombre Isabel. Contrajo matrimonio con ella y engendró un hijo, no deseado por él. En 1867, asesinó al Chirrina, que había estado anteriormente con su cónyuge y al hermano de esta. A partir de entonces, se fue al monte junto a Melgares y Frasco Antonio. En 1889, fue acribillado por la guardia civil en Lucena (Córdoba) delatado por sus compañeros. Se dice que al identificar su cuerpo en el hospital, Isabel exclamó «me alegro» por tan mala actitud como tuvo este con quien fuera su esposa.
Tras la Guerra de la Independencia y el desarrollo del siglo XIX, su término como el de Alfarnatejo va a ser paso hacia la costa y refugio de bandoleros en sus carrocerías, mientras que eran perseguidos por la guardia civil, apodada como los «migueletes». De 1800 a 1850, sucede un caso peculiar y es que empiezan a darse desplazamientos de turistas para encontrarse con los bandoleros, dada su reputación de románticos, justicieros y galantes. 80 de estos viajeros pasaron por Málaga contándose dos como los únicos que arribaron hasta Alfarnate.
Siguiendo el transcurso de la historia, en 1931, se declara la II República en España y la guerra civil en 1936 y, en estos momentos, Alfarnate va a permanecer en la zona republicana. Hasta la toma nacionalista acaecen numerosos acontecimientos, entre otros, el asalto a la iglesia y ermita de Alfarnate, que a partir de este momento se utilizarían como almacenes. Asimismo, se produjeron asesinatos por parte de los milicianos a personas como el sacerdote de Alfarnate José Torres Sánchez y Eliseo Vivas García en el enclave conocido como «La Cruz del Cura».
El 5 de febrero de 1937, las tropas italianas que venían de Loja alcanzaron el puerto de los Alazores. El ejército republicano se ocultaba en este lugar y, a pesar de estar compuesto por personas inexpertas en el oficio militar, aguantaron con firmeza atrincherados en los búnkeres existentes en aquel emplazamiento a cada lado de la carretera. Sin embargo, al término del día, acaban ocupando el acceso, dando paso a la entrada al día siguiente de la columna 8.ª Centuria de la falange de Granada. Pero los republicanos no se dieron por vencidos tan fácilmente y algunos de ellos siguieron la lucha armada de 1944 a 1952, conociéndose como guerrilleros o maquis. Se constituyeron en Alfarnate dos cuadrillas: la de Emilio Martín Reina «el Leño» y la de Salvador Arrebola Godoy «Candiles». Este último tenía un modus operandi propio; instalaba vallas de piedras con el fin de obstaculizar el paso de los camioneros en el acceso de Colmenar y así robarles el dinero que llevaran. Seguiría sus hazañas hasta 1950, cuando se descubrió el cortijo en que se escondía y murió de una granada de mano que le lanzó un guardia civil. Fue expuesto con algunos camaradas suyos en la puerta del Ayuntamiento con pose chulesca, imitando que fumaban un cigarrillo con el propósito de escaldar a la población.
De 1950 a 1960, los alfarnateños disponían de agua potable gracias a las tres fuentes públicas que se podían encontrar en el núcleo urbano (el Pilar, el Pilarillo y las Pilas de la Arquilla). El Pilar estaba formado por dos caños de bronce y una pila de piedra donde bebían los animales, además de una segunda pila, próxima a la primera, de mayor longitud y menor anchura que sería para que las mujeres hicieran la colada. El Pilarillo tenía dos caños que emergían de la pared y desembocaban a una amplia pila. Por último, las Pilas de la Arquilla, que suministraban agua a las tres pilas para el ganado. Esto sería hasta 1957, en que el alcalde Juan Luis Melendez ordenó realizar dos perforaciones para buscar agua potable que abasteciera al pueblo. A consecuencia de los sondeos, las tres fuentes se secaron. Al no tener el resultado esperado, se intentó de nuevo, en esta ocasión en la Pedriza de la Ronda y zona del Ejido (los cuales continúan proporcionando agua, el segundo solo en ocasiones excepcionales). Esta vez sí que se halló agua y se empezó a distribuir a cada casa.
En la segunda mitad del siglo XX, la situación económica era favorable según el libro Reseña Estadística de la provincia de Málaga, donde relata que en 1956 Alfarnate disponía de un molino de harina con un rendimiento de 4500 kilos al día, tres molinos o fábricas de aceite, un cine-teatro con capacidad para 300 personas y una fuente de dominio público. Durante este periodo, se pone en marcha el Plan de Estabilización de 1959 que transformará la agricultura y la ganadería en tanto que se reduciría drásticamente el cultivo de leguminosas y cereales, así como el número de cabezas de ganado, acabando incluso con actividades económicas como las posadas, herrerías y molinos harineros, entre otras.
La noche del 21 de enero de 1970 no dejó indiferente a ningún vecino de Alfarnate y es que en el acceso de Colmenar a Alfarnate kilómetro 521, sucedió el “hundiero”, lo que supuso un deslizamiento de tierra y un derrumbe rocoso de tierras procedentes de la ladera. El último hito destacable del siglo XX en este municipio sería el de las primeras elecciones democráticas a alcalde en 1979, donde salió elegido Juan Verdugo Palma del P.C.E.
Seguramente, cuando se abren las sierras norteñas a occidente de la Axarquía, por los puertos de los Alazores o el del Sol no esperas tanta belleza. Un caserío blanco de tejados rojos en el centro de un valle verde rodeado de sierras que se alzan al cielo nos sorprende gratamente.
Alfarnate te espera, unidos sus barrios por un río que se hace paseo y bosque en el centro del pueblo. Te espera en sus calles, muchas de trazado árabe, con bellos rincones, plazuelas, arcos y siempre flores sobre la cal de las fachadas, sobre las rejas, en soportales, haciendo del paseo por Alfarnate una experiencia vital y hermosa.
Su entramado urbano está conformado por calles estrechas pero llanas, de trazado árabe, donde predominan las callejuelas enmarcadas por macetas colgadas en sus paredes encaladas. Asimismo, se pueden encontrar callejeando casas de gran interés por su antigüedad y su grandeza, pudiendo apreciarse algunas, sobre todo en la calle Comandante Frías, que bien podrían recordarnos a un estilo historicista y regionalista, ya que aquí se encontraría en el pasado la residencia de las personalidades más adineradas de la localidad.
El nucleo urbano de Alfarnate al ser un pueblo morisco, como bien indica el nombre, posee una cantidad importante de calles o callejuelas típicamente moriscas, la peculiaridad de estas calles es que son muy estrechas y retorcidas. Este conglomerado urbano hace que algunas zonas del municipio como la subida al mirador del Santo Cristo o la entrada a la Plaza de la Constitución desde calle Río, muestren la caracteristica típica de la construcción morisca. Dentro de este entramado de calles podemos disfrutar de callejones con arcos que lo hacen ser de una singular belleza.
Los callejones más característicos que podemos encontrar en el municipio son el Callejón Fortuna y Sierrezuela, que conectan la Calle Comandante Frías con el Paraje Natural del Santo Cristo. Todos ellos están decorados con macetas al estilo andaluz.
También podemos encontrar un arco de reciente construcción de mayor tamaño en el Callejón Triana, dando paso a la Calle Triana, y conectando a su vez al barrio conocido como "El barriche". Asimismo, actúa como punto de partida hacia la Ruta senderista del Bosque de las Morillas.
Sin embargo, el callejón más señero y destacable para vecinos y visitantes es el Callejón Aljófar, que conecta Calle Río con la Plaza de la Cruz y Plaza de la Constitución, por su belleza y el colorido del pavimento, en el que se pueden apreciar diferentes formas geométricas.
Recientemente, se ha ubicado aquí un azulejo donde podemos leer "Bésame en este rincón" que constituye uno de los rincones más bonitos y coquetos, parada obligatoria para una cita donde el romance y las fotos no pueden faltar. Igualmente, en la entrada de este callejón, se ha incorporado una escultura de bronce en tamaño natural de un moro ataviado para Las Fiestas de la Embajada de Moros y Cristianos, que se celebra en septiembre, las fiestas más esperadas del Lugar. Cabe mencionar que otra del mismo material y tamaño pero representando al abanderado cristiano, se ha instalado de igual modo delante de la Iglesia.
Descubrir la “magia de Alfarnate” es subir al bosquete de pinos sobre el pueblo conocido como la Parrilla, donde una pequeña ermita del Santo Cristo, se erige modesta entre jardines, donde también parece que crecen las piedras y disfrutar de un paisaje sorprendente de toda la serranía. La ermita consta de un edículo o altar de reducidas dimensiones que alberga en su interior la talla de un Cristo crucificado, que se venera desde la puerta, el Cristo de Medinaceli, el cual es visitado por los creyentes el primer viernes de marzo y asimismo, este altar es la última parada del antiguo viacrucis existente en la localidad. Se trata de una pequeña construcción de paredes blancas a base de piedras y mortero, coronada con tres crucecitas.
El mirador es un paraje natural provisto de merenderos y áreas de descanso por donde se puede discurrir y pasear, así como disfrutar de plantas autóctonas como las barbas de macho (musgo), el pinsapo, los cipreses o los matagallos. Recientemente, se ha instalado una cruz tipo "Cruceiro" típicas en cruces de caminos o cerca de ermitas, iglesias y cementerios para recordar la que hubo enclavada en la zona antiguamente. Para el disfrute de los más pequeños y no tan pequeños, se pueden percibir unas maravillosas vistas panorámicas de las sierras que rodean al pueblo desde un precioso columpio y así poder llevarse un grato recuerdo.
Alfarnate posee un interesante patrimonio monumental con edificios como la Ermita de Monsalud, la Iglesia de Santa Ana, el Ayuntamiento, la Venta o museos como el de juguetes antiguos o el Centro de Interpretacion de la Embajada.
La Ermita de Nuestra Señora de Monsalud se construyó en el paraje donde, según la leyenda, un vecino se presentó porque un perro no paraba de ladrar. A través de los siglos, fue una de las ermitas con las rentas más altas de toda la diócesis de Málaga, debido a la devoción que concentraba y al gran número de tierras que estaban dedicadas a sufragar sus cultos.
La ermita en cuestión data de principios del siglo XVII. Delante de ella, podemos encontrar una especie de plaza cuyo suelo se ornamenta con un conglomerado de teselas formando un mosaico con motivos florísticos relacionados con la Virgen de Monsalud. En conjunto, tiene dos plantas y como separación de ambas existe una línea de impostas. Su articulación le da cierta apariencia de edificio civil, de hecho, se asemeja mucho al edificio del Ayuntamiento.
La fachada de la Ermita de Nuestra Señora de Monsalud vista desde la calle Ermita se estructura con un pórtico compuesto de tres arcos y formado por dovelas de piedra caliza que descansan sobre pilares cuadrangulares de sillares del mismo material. En lo alto del edificio, hay una espadaña - campanario coronada por un crucifijo. Una vez dentro, encontramos una planta de dos naves que se separan por arcos de medio punto. El recubrimiento de la ermita es de madera, de par y nudillo en el centro y de colgadizo en la adyacente. Presidiendo la ermita, un camarín neobarroco (1957) de tipo hexagonal lobulado donde se ubica la imagen de Nuestra Señora de Monsalud. Este, en especial, se trata de un camarín oculto, ya que da la sensación de que queda escondido entre los muros del templo al estar suspendida detrás del retablo. En cuanto a la decoración, se cubre con una bóveda formada por arcos cruzados de medio punto, con profusión de adornos de yeserías pilastras, hojarasca, y guirnaldas; elementos de la arquitectura neoclásica policromada en dorado al estilo rococó. A los pies de la nave principal, existe un coro elevado.
La Iglesia de Santa Ana Se sitúa en un lugar privilegiado, en el centro urbano y elevada en una pequeña plaza sobre escaleras de piedra caliza. Está totalmente exenta, al no existir edificio alguno que haya sido construido junto a ella; es por esto una de las pocas en su estilo dentro de la provincia de Málaga. Se construyó en el siglo XVI (1.550 aproximadamente), sin embargo, poco se mantiene de aquella construcción original. Será en el siglo XVIII cuando se configure tal y como se conoce actualmente.
El exterior no posee elementos decorativos más que algunos vanos y la propia articulación de sus naves y torre. Así, en la fachada de los pies, un portón de medio punto con dos hojas abre la iglesia a la nave central. Sobre este se sitúa una ventana coral y por encima otra de ojo de buey. En el lateral izquierdo se adosa la maciza torre. Otro gran portón, también de medio punto, se descubre en el lado del Evangelio (izquierda), en la actualidad por encima del nivel de la calle. En este mismo lado, pero ya en el testero de la cabeza, se distinguen los volúmenes del exterior del camarín de una capilla.
La torre es bastante voluminosa y nos recuerda a la de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia en Moclinejo, porque también es maciza y se encuentra adosada a los pies del templo, aunque esta ostenta sección rectangular. Se construyó de nueva planta, pero con la traza y características de un alminar. Las escaleras del interior se cubren con bóvedas de medio cañón de ladrillo, escalonadas y apoyadas sobre un muro cuadrado semejante a los que tienen los alminares. El exterior consta de tres cuerpos cuadrangulares, de planta algo mayor el inferior que el siguiente, y este que el campanario, separados por imposta señalada mediante moldura. Tan solo se abre un vano en el segundo cuerpo además de los ocho vanos semicirculares, estrechos y alargados, del campanario (dos en cada lado), que se cierra con tejado a cuatro aguas.
Se dispone con tres naves, más ancha y alta la central que las laterales, separadas por arcos de medio punto sobre robustos pilares cuadrangulares, compuestos por grandes basas de piedra y con la línea de imposta marcada mediante friso liso y sencilla cornisa que recorre sus cuatro lados. La nave central se cubre con armadura de par y nudillo sin tirantes ni lazo, resultado de la restauración llevada a cabo con posterioridad a la contienda civil. La armadura no se detiene en el presbiterio sino que sigue hasta el plano testero de la cabecera. Las naves laterales se cierran con cubierta de colgadizo. Los únicos restos observables de la techumbre que pudieran proceder de la armadura original los encontramos en los canes de los tirantes, que tienen perfil en S, así como en los de las jácenas del alfarje del zaguán, donde además es percibible el gramilado de las jaldetas. Sobre el alfarje se asienta el coro que da paso al templo mediante un gran arco rebajado. Debemos destacar la interesante obra de ebanistería del cancel.
Resalta en altura debido a la presencia de escaleras, el altar mayor encabezado por el presbiterio, al cual se puede llegar desde las naves laterales. En la parte frontal de cada nave adyacente, podemos apreciar una capilla absidial acompañada a ambos lados por un par de hornacinas, más pequeñas que la central. De este modo, la de la nave diestra acoge a la imagen de Jesús Nazareno, la de la izquierda a la Virgen de los Dolores. Las tres naves se separan por pilares rectangulares que soportan arcos de medio punto de estilo clásico. La nave del centro está cubierta por una armadura de par y nudillo de estilo gótico-mudéjar.
El edificio del Ayuntamiento o Casas Consistorial ha tenido numerosos usos a lo largo de la historia. En un principio, se empleó como pósito para almacenar trigo, por eso presenta en su estructura bóvedas de carga; también como escuela pública, biblioteca municipal, fue cárcel durante la guerra civil e incluso teleclub en el siglo pasado. Conforma el ayuntamiento más antiguo de la provincia de los que quedan en funcionamiento.
En cuanto al mismo, se ubica en la Plaza de la Constitución y data de finales del siglo XVI, aunque ha sido reformado en diversas ocasiones posteriormente. Es de estilo mudéjar y se compone de dos plantas: la inferior da acceso a la calle a través de soportales encabezados por tres arcos de medio punto, terminados con bóveda de arista dentro del edificio. En la parte exterior, está acabado con rejería de forja. El piso superior consta asimismo de tres arcos de medio punto, pero con un radio más estrecho y una rejería que forma un balcón que abarca prácticamente todo el piso. En la decoración, van a entremezclarse las dovelas de ladrillo visto que constituyen los arcos (junto a las esquinas de la fachada y de los laterales) con el encalado del resto del edificio.
Encontramos en este municipio la Venta de Alfarnate, situada al pie del pico del Chamizo al abrigo entre rocosas sierras, concretamente en el kilómetro 7,4 de la A-4152, en un sitio de tránsito en el antiguo Camino Real que separaba Málaga y Granada, por lo que es lugar de paso obligado entre el interior y la costa. Se trataba de una venta donde se hacía el camino de caballerías. Era popular como lugar de paso, ya que para el largo viaje a caballo o en diligencia, era necesario hacer el cambio de aparejos y el merecido descanso después de tan larga subida de altitud; sobre todo, se usaba esta localización frecuentemente para echar la noche y así, emprender de nuevo el camino a la Real Chancillería por la mañana, normalmente cuando había que trasladar a presos. Se dice que su fundación fue en el siglo XIII , sin embargo, su actual fábrica se originó en el siglo XVII; documentada al menos desde 1699 en un acta de notaría levantada en Archidona. Está considerada la más antigua de Andalucía de las que todavía quedan en pie, por donde han pasado multitud de personajes históricos, tales como reyes, presidentes del Gobierno, políticos, militares y bandoleros.
Tiene una habitación que fue acondicionada como calabozo, donde pasó una noche el bandido Luis Candelas en 1824. Dentro del recinto de la Venta, había una sala que todavía hoy se conserva, donde los presos que eran trasladados hacia la Real Chancillería de Granada pasaban la noche. Se conserva incluso el grillete que se les ponía en los pies para evitar su huida. También fue utilizada la Venta como parada por el famoso bandolero el Bizco del Borge cuando acudía a visitar a su amante, mujer casada con un tal Chirrina, vecino de Alfarnate.
A la entrada de la venta, en un mural se recuerda una cita del libro de Efemérides malagueñas de Luis Segalerva que reza textualmente así: “El 21 de abril de 1850 fue robado en esta Venta el correo que iba a Málaga por una partida de 12 hombres armados. Los bandidos demostraron especial empeño en apoderarse de un paquete de causas procedentes de la Chancillería de Granada y los peligros del Gobierno”.
Dicen que el bandolero José María «el Tempranillo», llegó un día hambriento a la Venta y pidió a unos hombres que comían “olla”, les dejase participar en ella, a lo que los hombres se excusaron y le dijeron que no tenían cucharas, entonces José María tomando su faca y un trozo de pan al que sacó la miga, la empleó como tal. Cuando terminó de comer dijo que él ahora se comía su cuchara y, por tanto, los acompañantes también y les obligó a dar algunas dentelladas a sus cucharas de madera. Otro inquilino ilustre fue el rey Alfonso XIII que tomó noche y fonda entre sus paredes.
Actualmente, esta joya del patrimonio andaluz posee un restaurante y el museo del Bandolerismo Andaluz. Hasta hace una década, su antiguo propietario, el fotógrafo Fernando Nuño, le dio vida como una especie de Casa de Cultura, pues en ella se alojaban actividades como exposiciones de pintura y escultura, artesanía y actividades gastronómicas, como concursos de comer huevos a lo bestia e incluso se celebró el Primer Campeonato del mundo de tiro con honda.
El Centro de Interpretación La Embajada se encuentra en la tercera planta del Edificio de Usos Múltiples situado en la Calle Comandante Frías. Cuenta con tres salas expositivas, donde se puede contemplar documentos antiguos, objetos y fotografías de la Fiesta de "La Embajada", más conocida como la Fiesta de Moros y Cristianos. Está catalogada como Fiesta de Interés Turístico Provincial de Málaga.
La Embajada o fiesta de Moros y Cristianos se celebra en Alfarnate desde el siglo XVII, y surge con motivo de la reconquista del Reino de Granada por las tropas cristianas y la posterior expulsión de los moriscos. El texto en el que se basa la historia pertenece a un romance llamado “Las Relaciones” del siglo XVIII, de autor anónimo, en la que se representa una historia en tres escenas que relata el robo y conquista de la Virgen de Monsalud por las tropas moras y cristianas. Lo más destacable del museo es un Libro de Repartimientos del siglo XV así como vestimenta del traje típico de moro alfarnateño que data del siglo XIX.
La exposición del Museo de Juguetes Antiguos de Alfarnate se encuentra en el centro del pueblo, en los locales de la Asociación Lata de Ley, en la Calle Cruz. Este es un singular espacio que hospeda una sorprendente colección de juguetes de otros tiempos, convirtiéndose así en un lugar imprescindible para los visitantes más melancólicos y amantes de las antigüedades.
El Museo de Juguetes Antiguos de Alfarnate nació gracias a la idea de Juan Alberto Vivas, un alfarnateño maestro del colegio público “Clara Campoamor”, que lleva coleccionando 30 años juguetes antiguos. Todo comenzó durante su preparación para las oposiciones. Mientras rebuscaba en la casa de sus abuelos, encontró algunas piezas que despertaron su interés y así nació la pasión por coleccionar estos objetos tan evocadores de recuerdos.
Asimismo, en 2010, el hombre, incitado por un círculo de amigos y familiares, fundó la asociación “Lata de Ley”, con el propósito de dar a conocer su extraordinaria colección de más de un centenar de piezas clásicas de una época entre mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. A través de esta asociación, logró organizar las primeras visitas a cambio de donativos.
La colección, que se encuentra distribuida en dos plantas, se enriquece gracias a un trato cercano y a una apasionada explicación por parte del coleccionista, lo que brinda a la visita un valor emocional aún mayor. Entre los objetos exhibidos puedes admirar muñecas, juguetes que representan medios de transportes, casitas, miniaturas y juegos de exterior. Cada una de las piezas está expuesta en vitrinas transparentes acompañadas de fichas descriptivas que proporcionan información detallada sobre sus características. Además, la mayoría de los juguetes sigue funcionando gracias a un meticuloso proceso de restauración. Gran parte de la colección es de origen español, sobre todo catalán y levantino, pero se pueden encontrar piezas de valor procedentes tanto de Francia como de Alemania.
Dentro del patrimonio natural destacan lugares, ademas del Cerro del Cristo, como el Arroyo Palancar que cruza el municipio y divide el pueblo en dos mitades para unirse al arroyo Morales y formar el río Sábar a un kilómetro de Alfarnate. Cuando llueve, lleva agua abundante, lo que le da a la localidad un halo de pueblo de cuento. Y el Mirador de la Gran Senda de Málaga que se llega subiendo desde la calle Perchel. Se trata de un mirador de reciente construcción ubicado en el lugar donde antiguamente estaba el vertedero. Reacondicionado con este nuevo uso, nos encontramos en un área de descanso provista de bancos, un columpio y demás atracciones para los más pequeños que invita al reposo y la meditación con vistas a la Sierra del Jobo, Tajo de la Palomera y los Tres Mogotes, entre otros y desde donde se pueden obtener unas vistas panorámicas de gran interés paisajístico por su riqueza natural, al estar rodeado de vegetación autóctona.
La red de senderos de pequeño recorrido PR de Alfarnate está formada actualmente por tres rutas. El objetivo principal del diseño de estos senderos consiste esencialmente en el acercamiento de los viajeros al entorno natural y cultural de Alfarnate por aquellos caminos que, siendo antaño muy transitados, nos siguen brindando paisajes maravillosos de gran riqueza ecológica y de interés arqueológico e histórico.
Una característica importante en los recorridos es su accesibilidad desde el mismo Alfarnate y su trazado, que permite combinar senderos realizando itinerarios de mayor longitud. Destacar también la posibilidad de realizarlos a caballo y en bicicleta de montaña, en el caso del sendero de las Pilas.
En cualquier recorrido, el senderista podrá disfrutar de paisajes inolvidables, muy verdes y con naturaleza y fauna autóctonas. Se aconseja realizar los senderos en épocas de otoño o primavera para disfrutar del contraste de colores de la naturaleza.
Entre la exuberante belleza de las sierras que coronan la Axarquía, distintos pueblos, entre ellos Alfarnate, forman parte de la Ruta del Aceite y los Montes, una ruta de fuerte personalidad ofreciendo un paisaje único de montañas, donde predomina el verde de los olivos y los pastos. Los restos de grandes muelas y enormes orzas que por aquí se encuentran, dan testimonio de la antigüedad del cultivo del aceite de oliva, el gran protagonista básico de la tradicional, rica y sana cocina mediterránea. Los olivos de la variedad verdial y hojiblanca dan origen a uno de los mejores aceites del mundo. Restos arqueológicos, leyendas de bandoleros, tradiciones populares y una profunda calma y tranquilidad completan el romántico entorno que ofrece esta ruta.
Vivir Alfarnate es disfrutar de las “Cuatro Estaciones” en las que en cada una ofrece lo mejor de si mismo. La explosión floral de los cerezos en primavera, la luz que envuelve los campos de Alfarnate en verano, las fiestas que todo el año llenan de eventos singulares esta población y en septiembre se hacen emoción con su Virgen de Monsalud y la representación de “La Embajada” en la que participa todo el pueblo. Disfrutar del otoño cuando se recogen los mejores frutos y en invierno “con olor a matanza”, al calor de la lumbre, cuando se alumbra el primer aceite en las almazaras de Alfarnate.
¡Alfarnate Te espera!. ¡Tendrás que venir!.
GASTRONOMIA:
En Alfarnate, podemos destacar como plato típico el morrete, que es un revuelto de patatas y setas al que se le añade una salsa compuesta de pan, vinagre, pimiento dulce, pimiento picante, ajos y agua. Esta suculenta especialidad se toma sobre todo en invierno, para poder entrar en calor
Otra receta será la de los maimones, que se hace con aceite, pan del día anterior y ajo y es ideal también para el invierno.
La sopa de cachorreñas es un plato muy típico de esta localidad que se toma en invierno y se prepara poniendo al fuego la mezcla de ingredientes, especiada de pimentón, la cual se compondrá de cáscara de naranja, sal, ajo, aceite y migas de pan.
Olla es un plato muy consistente, a base de garbanzos (los de Alfarnate son famosos desde la antigüedad, nombrados incluso por Juan Valera en su obra Juanita la Larga (1895)), verdura y chorizo o morcilla.
El plato de los montes es una comida propia de los domingos de invierno y se hace con lomo en manteca colorá que se acompaña con patatas fritas, huevos fritos, chorizo, pimientos fritos y morcilla. Los huevos a lo bestia, tradicionales de otoño e invierno, se hicieron populares en la Venta de Alfarnate donde incluso se celebraban concursos para comerlos y se componen de huevos, manteca, ajo, migas, morcilla, chorizo, aceitunas y lomo de cerdo.
Comidas típicas de otros lugares reciben aquí una denominación propia, así el zoque o la catana corresponderían al gazpacho y el salmorejo, sin embargo al darle un nombre nuevo se le da una personalidad distinta. Asimismo, alimentos como las cerezas y el aceite, de aceituna verdial y hojiblanca este último principalmente, se cosechan en una proporción considerable. El embutido también, pues se sigue haciendo la tradicional matanza en algunas familias.
Un dulce conocido en toda la provincia es el rosco carrero, el cual es autóctono de Alfarnate y está hecho de harina, azúcar, huevo, manteca de cerdo, anís seco y clavo. A los visitantes que acuden a este pueblo les llama mucho la atención tanto por su sabor, como su forma similar a un volcán. Otros dulces típicos de Alfarnate son los roscos de vino, mantecados y los exquisitos palillos, hechos con huevos, harina y azúcar. En la fiesta de San Marcos, se elaboran los hornazos (para los niños) y las pavitas (para las niñas), con masa de pan y huevo cocido.
Como bebida típica, tenemos el resoli, que se elabora a partir de aguardiente seco, café molido, canela en rama, clavo, azúcar y nuez moscada y se suele tomar en Navidad y Semana Santa.
FIESTAS:
•Febrero, 2: la Candelaria, en la que los habitantes del pueblo hacen muñecos de paja y los queman en grandes hogueras que van prendiendo con las aulagas (planta leguminosa de flores amarillas y espinosas), que recogen del campo y a las que se les ata una cuerda y los niños y niñas del pueblo las arrastran corriendo mientras arden, antes de echarlas a la hoguera.
•Semana Santa: hay procesiones el Jueves y Viernes Santo en que salen las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores.
•Primeros de abril: Sakura Alfarnate o Fiesta de la Floración del Cerezo. Se trata de una fiesta de reciente creación (en 2022 se hizo la primera edición) en que se celebra la floración de los cerezos, dada la gran cantidad de ellos que hay en la localidad, y se organizan diversas actividades, como visitas para ver los cerezos en flor, decoración del municipio con miles de flores confeccionadas manualmente por la ciudadanía y actividades relacionadas con la cultura japonesa, debido a la semejanza y el hermanamiento simbólico que se hace entre el país nipón y el pueblo al compartir este evento natural. El origen de esta fiesta viene de, cuando hace unos años, un grupo de japoneses se topó con este fenómeno natural durante un viaje por la provincia malagueña y sorprendidos, empezaron a frecuentar esta zona y atraer a más personas, por lo que se decidió desde la Administración municipal celebrarlo oficialmente.
•Abril, 25: la Romería de San Marcos. Se suele ir al campo, a lo que los habitantes de Alfarnate llaman “ir de Sanmarqueo al campo”; los lugares más frecuentes a los que trasladarse eran el “Tesorillo” o “Venta seca”, pero desde los años 80, el más popular es la zona de la Breña, en el puerto de los Alazores que limita con la provincia de Granada. Se trata de una tradición muy arraigada en que el pueblo entero se desplaza al citado lugar hasta la noche, cuando se hace el traslado procesional de la imagen de la Virgen de Monsalud desde la ermita del pueblo hasta la iglesia, para que permanezca allí durante el mes de mayo para las novenas que se le rezan diariamente y para estar presente en las comuniones de los niños y niñas del pueblo. El día de San Antonio, en junio, será trasladada de nuevo a su ermita, donde está el resto del año.
•Mayo, 15: San Isidro. La economía del pueblo se basa fundamentalmente en la agricultura y la ganadería, es por esto que se le tiene mucha devoción a San Isidro, el patrón de los labradores. Todos los agricultores del pueblo portan al Santo y lo llevan a las afueras del pueblo para que bendiga los trigales y proporcione buenas cosechas.
•Junio, 13: San Antonio de Padua. Se le suele llamar Feria y se hace una procesión en honor al santo en la que se saca a la Virgen de Monsalud y se traslada desde la iglesia a la ermita, donde permanecerá todo el año hasta que llegue de nuevo el día de San Marcos.
•Fin de semana (a determinar) en junio: Día de la Cereza. A partir de la popularidad que ha ido obteniendo la cereza y su cultivo en Alfarnate, han empezado a celebrarse a su alrededor diversas festividades, como es este Día de la Cereza, jornada en que desde 2006 se instala una feria de muestras de este producto y otros de la localidad, como dulces típicos u hortalizas, para su degustación y comercialización. El ambiente es festivo donde la música ameniza la jornada.
•Junio, 24: San Juan. Actualmente, se ha perdido un antiguo rito mediante el cual pasaban por un mimbre a los niños que estaban “quebrados”, pero hoy día simplemente se va a “sanjuanear” por la noche.
En el último fin de semana de agosto, la magnificencia del patrimonio a la luz de las velas atrae a multitud de interesados durante la Noche en Blanco, amenizada con actuaciones de música en directo y diversas actividades. En el año 2023, se ha celebrado en medio de un fin de semana repleto de entretenimiento en que, durante la primera edición del festival denominado Al-farnat, la localidad se ha engalanado con motivos medievales gracias a un gran mercado medieval, exposición de instrumentos de tortura, conciertos itinerantes de música medieval, pasacalles de criaturas fantásticas, así como conciertos de artistas de renombre, entre otros.
•Septiembre, en torno al día 12: fiestas en honor a la Virgen de Monsalud, se le suele llamar popularmente «la Fiesta». En el transcurso de estas fiestas patronales, tiene lugar la llamada «Embajada de Moros y Cristianos», que se recuperó en los años 90 tras décadas en que se dejó de conmemorar tras la guerra civil. Actualmente, se intenta devolver a su forma original, aunque con algunas adaptaciones que hagan posible su interpretación en la plaza de la Iglesia. Es, ante todo, una fiesta de marcado carácter mariano y religioso, pues está dedicada a la figura de la Virgen María. Su finalidad es exaltar el papel de la Virgen dentro de la fe cristiana, por lo que no podemos decir que sea una simple fiesta de carácter cultural o histórico. Todos los diálogos entre los caballeros que intervienen en el texto del siglo XVII-XVIII terminan siempre haciendo alusión a su fe y especialmente el cristiano hace gala de poner la victoria final pedida a Dios en manos de la Virgen de Monsalud. Por tanto, esta fiesta de Moros y Cristianos siempre será una fiesta muy arraigada en el folclore del Lugar, pero sobre todo religiosa y marcadamente mariana. Añadir que el texto se trata de un romance anónimo denominado "Las Relaciones".
La forma original y más antigua de esta fiesta es la que sigue: comienza con la Misa del día 12 de septiembre, en honor a la Virgen de Monsalud y durante cuyo desarrollo, los caballeros cristianos y moros -que ocupan los primeros lugares frente al presbiterio, aunque en lados opuestos-, realizan los movimientos de la liturgia al contrario; esto es, cuando los cristianos se ponen en pie, los moros se sientan y viceversa. (Actualmente, no se sigue esta costumbre sino que se celebra la Eucaristía de la forma habitual.) Una vez ha terminado la celebración de la Eucaristía, se procede a la reverencia que el abanderado cristiano realiza ante la imagen de la Virgen y que se denomina “la cortesía”; se hace dentro de la Iglesia con una pesada bandera (la bandera es el antiguo estandarte de la Virgen de Monsalud, propiedad de la parroquia), copia de otra quizá mucho más antigua (la actual es de 1891). Siguiendo la forma antigua de escenificar la Embajada, por la tarde ambos bandos se enfrentaban siguiendo una trama simple y con bastantes dosis de improvisación por aquel entonces, que tenía como causa el robo que los moros hacen de la imagen de la patrona tras haber “echao la batalla” y de la reclamación que hacen los cristianos mandando su Embajada para pedir su devolución a través de la lectura del texto mencionado. Después de varios diálogos por parte de cristianos y moros en uno y otro lado, los cristianos recuperan la imagen de su patrona y la llevan a la plaza del pueblo, donde es agasajada con flores llevadas por las niñas del pueblo, ataviadas a la usanza regional. Así se hacía la fiesta de la Embajada, en su forma original recuperada tras la guerra civil en los años 70 gracias a la labor del abogado D. Victoriano Frías O'Valle, oriundo de Alfarnate. Tras casi 20 años de abandono de la fiesta, en los años 90 se volvió a recuperar de una forma más sencilla pero conservando sus rasgos característicos. En el año 2007, el lugar de encuentro se trasladó a la plaza de la Iglesia, donde la fachada principal de la parroquia de Santa Ana hace de escenario privilegiado para esta fiesta singular.
Cabe resaltar también la original vestimenta empleada, consistente en un traje parecido al de corto andaluz para los cristianos, mientras que el de los moros lo forma el morrión o especie de turbante decorado con varetas de almendro y flores del tiempo, una chaquetilla roja sin mangas sobre camisa blanca, un mantoncillo al hombro, faja roja y un pantalón bombacho blanco atado por los tobillos, terminado en encajes y cubierto con faldilla blanca y corta.
Podemos encontrar en el Edificio de Promoción y Desarrollo el Centro de Interpretación de la Embajada, donde visitar numerosos objetos pertenecientes a la Fiesta y conocer los entresijos de esta concurrida festividad.
Recientemente, se han instalado en la localidad dos estatuas a tamaño real en bronce en representación de tan esperada celebración. Se trata de una fiesta que goza incluso del reconocimiento como Fiesta Singular de la provincia de Málaga.
LEYENDAS:
Comparte con la villa de Alfarnatejo una leyenda que es el origen de sus respectivos apodos: “tejones” y “palancos”. El suceso, aunque verosímil, no deja de estar cubierto por el velo de la leyenda. Sucedió que una piedra de grandes proporciones que existía en el actual “Camino del Malinfierno” (su nombre más antiguo y auténtico es “Valdeinfierno”), antiguo camino de caballería y único que enlazaba ambas poblaciones y que hacía las veces de separación de términos; rodó como consecuencia de una torrencial tormenta hasta que fue a colocarse en medio del camino, obstaculizándolo. Para reabrirlo, acordaron los de Alfarnate llevar hierros y palos que pretendían usar como palancas (palancos), mientras que los de Alfarnatejo lo hicieron con picos y palas, dado su afán de socavar (tejones) la piedra para que ésta rodara con su propio peso. Al final, venció la propuesta de Alfarnatejo y la piedra rodó hasta el cauce del río donde, dicen, aún hoy permanece.
En el fondo de la cuestión está la referencia a un lugar llamado “el Palancar”, sito en el llano de Alfarnate, de donde le viene el nombre o mote a los alfarnateños (palancos); pudiera ser que por haber estado allí un primer asentamiento de las primeras edificaciones del pueblo, cuando Alfarnate simplemente era un pequeño núcleo de casas sin formar parte todavía de una puebla o una villa como tal. La leyenda anterior es por tanto, como no podía ser de otra manera, solamente una leyenda sin más.
Señalar también las demás leyendas que hemos mencionado antes, como la de la aparición de la Virgen de Monsalud en el lugar donde ahora se encuentra su ermita y la de Candiles, el bandolero que fue asesinado de una granada de mano por un guardia civil y fue supuestamente expuesto delante del Ayuntamiento fumándose un cigarrillo junto a algunos compañeros, para escarmentar a la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario