MONTORO (Cordoba)




MONTORO



Montoro es una localidad de la provincia de Cordoba en la comunidad autónoma de Andalucia siendo capital de la Mancomunidad del Alto Guadalquivir.
El municipio se configura entre la sierra de Cardeña-Montoro, el valle que conforma el rio Guadalquivir a su paso por la comarca y la campiña. Se asienta sobre cinco colinas rodeadas por el meandro que forma el rio figurando una montaña de casas. Tiene merecida fama Montoro de ser el pueblo más pintoresco de la provincia; no hay más que asomarse al Realejo o remontar la carretera de Cardeña para comprobarlo.
Un gran meandro del Guadalquivir ciñe el monte de oro sobre el que se escalonan las quebradas calles de casas blancas, vigilados desde arriba por una sólida y rojiza torre de San Bartolomé; un paisaje urbano que se duplica invertido, al mirarse sobre el espejo del río. Las calles radiales escalan el cerro y van a desembocar en la meseta o plaza de La Constitución, luminoso e irregular recinto al que se asoman el castillo, la parroquia y el ayuntamiento.
Antecedente de la actual Montoro fue la población romana de Epora, que alcanzó el rango de municipio en época de Augusto. En el siglo IX los árabes edificaron un castillo en el lugar, citado en las crónicas como Hisn Muntur, alrededor del cual surgiría el núcleo de población. Fue conquistado en 1240 por Fernando III, que pocos años después entregó su jurisdicción al concejo de Córdoba, al que permaneció vinculado hasta 1633, en que compró su independencia; esta situación durará poco tiempo, pues en 1658 la villa pasa a la jurisdicción señorial del marqués de El Carpio.

Su base económica es el cultivo del olivar, con varias almazaras que producen un aceite de alta calidad. Estos olivares ocupan más del 80 % de la superficie agrícola del municipio, que a su vez representa el 40 % del área total del mismo. También se dan otros cultivos en su zona de campiña como los cereales. Otras industrias de menor dimensión pero de raigambre e incluso fama, son la fabricación de mazapanes, la artesanía en cuero y la forja artística. Además su cultivo herbáceo más abundante es el trigo, que ocupa una superficie de 1543 km2.​
Su riqueza histórico-artística, con un trazado urbano formado por bellas y empinadas calles, así como su ubicación en las proximidades del parque natural, pueden impulsar un sector turístico de interior que ha empezado a dar síntomas de desarrollo.
Actualmente, se ha promovido en el municipio diferentes rutas turísticas, cada una de ellas muestra las huellas que las culturas cristiana, mudéjar y judía, han dejado en el pueblo. Además, se realizó el Zoco de las tres culturas, evento en el que todo el pueblo intento representar las distintas culturas que habían convivido en él.
Conocer Montoro es conocer su rico legado patrimonial proveniente de distintas épocas y civilizaciones a lo largo de su historia en varias rutas temáticas que te ofrecen desde la oficina de información turística a través de un folleto informativo que va desde la época romana pasando por la edad media, la época del desarrollo poblacional que tuvo la ciudad entre los siglos XVI al XVIII y por ultimo la mas reciente que corresponde a los siglos XIX y XX.


Nosotros como siempre hacemos en nuestros viajes intentamos conjuntarlas en una sola para que sea mas amena para el viajero visitando todos los monumentos que nos ofrece la ciudad. Pasear por calles estrechas, empedradas y casi siempre con mucha pendiente, de casas encaladas en las que resalta el rojizo de la piedra en todas ellas nos lleva a conocer una ciudad denominada "La Bella Escondida", ya que desde la carretera que nos lleva hacia ella solo vemos cuatro casas y cuando nos adentramos en ella podemos contemplar un espectáculo fascinante de un pueblo de casas colgadas arremolinadas en un cerro rodeado por un rio.
Comenzamos nuestra ruta por Montoro en la calle Corredera donde se ubica la oficina de turismo de la localidad. El establecimiento donde se asienta la oficina se ubica en el interior de una antigua posada de huéspedes que funciono hasta los años 70 del siglo XX. Esta a su vez se instalaba en los sotanos del Antiguo Posito de Montoro, fechable a partir de 1766, que era el lugar de salvaguarda de los cereales. Su construcción presenta singularidades constructivas, con arcos y elementos caracteristicos de su antiguo uso.









En el interior de la oficina de turismo pudimos contemplar una exposición itinerante sobre la vida del torero cordobes Manuel Rodríguez "Manolete", una de las figuras mas importantes de la historia de la tauromaquia. En dicha exposición podemos contemplar fotografías, pinturas, periódicos de la época e incluso un traje de luces del torero.













Continuamos nuestra ruta por la calle Corredera hasta llegar al centro nuralgico del casco antiguo de la ciudad como es la Plaza de España.
En esta bonita plaza conviven edificios populares con monumentos notables construidos con la caracteristica y rojiza piedra molinaza, que le da a esta una bella estampa con el contraste del rojizo de la piedra con el blanco de las casas encaladas. Entre los edificios que podemos contemplar en dicha plaza destaca entre todos la iglesia parroquial de San Bartolomé.



La construcción del edificio de la parroquia se inicio en 1483 dentro del estilo gotico humanista imperante durante la época. Su construcción se prolonga a lo largo de los siglos correspondiendo al siglo XVI la portada principal a la plaza siendo esta una obra emblemática de Hernan Ruiz I. 


A resultas de su evolución constructiva, el interior de la parroquia ofrece planta de tres naves de arcos apuntados y capilla mayor de tipo poligonal, dentro cabe destacar de época barroca la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, obra de mediados del siglo XVIII, asimismo ofrece numerosas tallas de imagineria que son procesionadas durante la semana santa de Montoro.









Finalmente en 1817 se culmina la torre al levantarse sobre el primer cuerpo un campanario de estilo neoclásico.


El otro edificio monumental que podemos contemplar en la plaza es el del Ayuntamiento de la localidad. Este edificio de carácter civil fue construido para ser sede de las Casas Consistoriales iniciándose sus obras en el siglo XVI reformándose posteriormente la parte superior de su fachada principal en torno al año 1702. En su interior destacan tres magnificos artesonados de tradición mudéjar. El actual edificio se amplio con la inclusión de la antigua Carcel, cuya portada se puede ver en el lateral de la fachada principal, asi como con parte del contiguo Colegio de Niñas Educandas.


Y ya por ultimo en la misma plaza podemos contemplar algunas de las innumerables casas señoriales que hay desparramadas por el casco antiguo de la ciudad.
Partimos de la plaza por la empinada y empedrada calle Bartolomé Camacho donde seguimos viendo mas casas señoriales hasta llegar a la Plaza de Santa Maria.



La Plaza de Santa Maria de la Mota es lo que antiguamente era el patio de armas del desaparecido castillo o fortaleza de origen árabe. En ella nos encontramos con la iglesia de Santa Maria, esta es de estilo gotico-mudejar construida en 1240 sobre el solar de una antigua mezquita, consta de tres naves separadas por arcos apuntados sobre pilares y columnas con capiteles de gran interés. En el siglo XVII sufrio reformas datandose de ese momento la portada que posee a los pies de la nave principal.




Para acceder al interior de la iglesia lo hacemos por un bonito patio empedrado repleto de vegetación y flores. En el interior de la iglesia que ya no se utiliza para culto religioso se encuentra uno de los varios museos que hay en la localidad, en concreto se trata del Museo Arqueologico Municipal donde podemos contemplar numerosas piezas arqueológicas con fondos de minerologia, paleontología y arqueología de hallazgos encontrados en excavaciones de la zona asi como del interior de casas de la localidad. La coleccion que alberga el museo va desde la edad de bronce pasando por la época romana, árabe hasta llegar a nuestros días.










Una vez visitado el museo salimos de la plaza por la calle Capitan hasta llegar a la calle Santiago donde podemos visitar la iglesia de Santiago.
La iglesia de una sola nave con cúpula barroca sobre la capilla mayor, posee dos portadas siendo la principal de época anterior a la lateral la cual esta fechada en el año 1730 correspondiéndose con las reformas barrocas del interior.



La iglesia ubicada en pleno casco histórico esta situada sobre un gran basamento de grandes sillerías de molinaza y piedra natural que salva el gran desnivel existente en el testero derecho de la misma. Esta hasta 1936 permanecería abierta para culto conservando en su interior el grupo escultórico del Descendimiento de Jesús de la Cruz conocido popularmente como los "Santos Varones", pero durante la guerra civil española la iglesia sufriría la destrucción y saqueo de todo su patrimonio sacro y seria rehabilitada a inicios de los años cuarenta.
Ya en el año 2003 ante el deficiente estado en el que se encontraba se acometen en la iglesia grandes obras con la colaboración de distintas administraciones, además se firma un convenio de colaboración con el arzobispado para que después de las obras la iglesia albergue el actual Museo de la Semana Santa de Montoro. El museo alberga una muestra del patrimonio de las cofradías de la ciudad asi como piezas de colecciones particulares, documentos históricos, fotografías antiguas, etc.
A través del museo el visitante será consciente de la riqueza cultural, patrimonio y devocional con siglos de historia que hacen de Montoro una ciudad única que ha sabido conservar sus tradiciones y constumbres mas antiguas, preservando de este modo la identidad colectiva del pueblo.




Visitada la iglesia y el museo continuamos por la calle Puente hasta que llegamos a la parte mas baja del pueblo para poder contemplar el impresionante Puente de las Donadas.
Las obras del puente conocido también con el nombre de las doncellas, se iniciaron en 1498 y fue obra del arquitecto Enrique Egas. El puente realizado con piedra molinaza se compone de cuatro arcos de medio punto, esta construido encima del cauce del rio Guadalquivir y divide a la localidad en dos partes. Desde el puente podemos contemplar unas preciosas vistas del casco histórico de la localidad encima del cerro con la amalgama de casas colgadas en el vacio, asi como del cauce del propio rio.




Cruzamos el puente para adentrarnos en el popular barrio del Retamar para visitar la iglesia de Santa Ana. Su construcción data de finales del siglo XVI o principios del XVII, donde como aspecto mas interesante destaca su pórtico de arcos apuntados sobre columnas, la iglesia tras la guerra civil española fue restaurada a cusa de los daños sufridos durante la contienda. En su interior podemos contemplar las imágenes de Santa Ana, San Joaquin y la de la cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal.




Volvemos de nuevo a cruzar el puente para dirigirnos por la empinada calle Agua hasta la calle Santiago y de ahí hacia la Plaza de España. Por nuestro recorrido podemos contemplar lo escarpado del terreno por un laberinto de callejas quebradas y pintorescas donde volvemos a visuar mas casas señoriales. Al llegar a la Plaza de España continuamos nuestra ruta atrevesando el arco que hay contiguo al edificio del Ayuntamiento para adentrarnos por la calle Mártires hasta llegar a la Plaza de Jesús.




En la plaza vamos a visitar la iglesia de San Juan de Letran, el edificio fue la antigua Ermita del Colegio de las Niñas Educandas y posee una portada barroca del siglo XVII, presenta una planta de tres naves destacando la central que culmina en una cúpula con linterna sobre el altar mayor. En su interior podemos contemplar la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno que es la mas verenada y representativa de la semana santa montoreña.






En la misma plaza podemos contemplar varias casas señoriales de los siglos XVI al XVIII donde cabe destacar el contraste del rojo de la piedra con el blanco de la fachada, en una de ellas actualmente utilizada por caritas podemos contemplar un patio de clásico estilo cordobes.






Desde la plaza continuamos por la calle Martires hasta llegar a la calle Artola, durante el recorrido volvemos a encontrarnos varias casas señoriales. En la calle Artola podemos visitar el edificio de las Tercias Eclesiasticas, este fue construido en 1784 por Francisco Luis de Mora para servir de almacenamiento de aceite, vino y trigo procedentes de los diezmos eclesiásticos. Posee dos plantas divididas en tres naves mediante gruesas pilastras que soportan bóvedas de crucería en la planta baja y armadura de madera en al planta superior. La portada principal de corte neoclásico da paso a un pequeño patio de entrada.






El interior del edificio alberga el Museo del Aceite, la obra que se expone en este museo esta dedicada a la cultura del olivar y de todos los trabajos relacionados con el campo montoñero, esta también se centra principalmente en una exposición permanente de útiles que se usaban y usan los trabajadores que cultivan el olivar.





Continuamos nuestra ruta por un laberinto de callejas quebradas y empinadas hasta llegar a la calle Salazar donde vamos a visitar la Residencia de Jesús Nazareno.
El edificio de grandes dimensiones fue fundado para hospital en el año 1699 aunque sus obras no finalizaron hasta el año 1778. De la totalidad de la edificación destaca la iglesia (no es visitable) de una única nave con portada a la calle Salazar y un gran patio claustrado de dos plantas que si hemos podido visitar. Actualmente el edificio alberga una residencia para personas mayores.







En la misma calle Salazar volvemos a contemplar varias casas señoriales con patio de estilo clásico cordobes.



Desde la calle Salazar nos dirigimos por la calle Torremocha hacia la calle Santos Isasa, para llegar a esta bajamos por una calle estrecha, empedrada la cual al final de esta hay que atravesar un arco lleno de escalinatas.



Subimos por la calle Santos Isasa hasta llegar a la céntrica Plaza del Charco donde podemos visitar la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen.
Este edificio es la iglesia del antiguo Convento de San Juan de la Cruz de los Carmelitas Descalzos convertida a partir del año 1891 en la actual parroquia. La iglesia es de estilo barroco y fue construida en el siglo XVIII entre 1702 y 1718, posee planta crudiforme, de tres naves, con cúpula sobre el crucero. En su interior destaca el retablo mayor de madera dorada con estípites, y el de la Virgen de la Soledad. En el exterior sobresalen dos bellas portadas labradas en molinaza, estando la principal rematada con la figura del fundador San Juan de la Cruz.



Desde la plaza nos dirigimos por la calle el Santo donde a escasos metros de la iglesia podemos visitar la antigua Ermita de San Jacinto. El edificio de estilo barroco datado a finales del siglo XVIII alberga en su interior el museo del pintor local Antonio Rodríguez Luna (1910-1985). Del interior de la iglesia cabe destacar la magnifica cúpula de yeserías policromadas y la colección de cuadros donados por el pintor a la ciudad.





Continuamos nuestro recorrido ascendiendo por la céntrica calle el Santo hasta llegar a una pequeña plazoleta empedrada situada al final de dicha calle donde vamos a visitar la iglesia de San Sebastian. El edificio construido a finales del siglo XVI cuenta con una interesante portada lateral de estilo manierista sobre la que se eleva una espadaña de estilo barroco del siglo XVIII. En esta iglesia asistió San Francisco Solano a sus enfermos.




Desde aquí volvemos hacia la plaza de España donde hacemos una parada para descansar y probar la rica gastronomía de la zona antes de volver a comenzar nuestra ruta por la ciudad de Montoro.

Reanudamos nuestra ruta y volvemos a partir de la plaza para dirigirnos por un entramado de calles estrechas y empinadas hasta llegar a una pequeña plazuela donde nos disponemos a visitar uno de los monumentos mas curiosos de todos los que hemos contemplado a lo largo de nuestro periplo por los pueblos que hemos visitado como es la Casa de las Conchas.
Situada al borde del rio Guadalquivir y con vistas a la sierra de Cardeña, la casa fue construida por D. Francisco del Rio en torno a los años 60 del pasado siglo y cuenta con dos patios de columnas, una torre, un molino y numerosos motivos ornamentales decorados con un elemento común, las conchas.
El edificio esta totalmente decorado por mas de 116 millones de conchas tanto de rio como de mar provenientes de cualquier rincón del mundo además de otros elementos decorativos traídos por los distintos visitantes tanto de España como del resto del mundo.











Una vez visitada la casa volvemos por el laberinto de calles hasta volver a la plaza de Santa Maria para coger nuestro vehiculo y dirigirnos al otro extremo de la ciudad, en la parte mas moderna y de expansión para visitar la Ermita de la Virgen de Gracia. Su edificación corresponde al siglo XVIII aunque se construyo sobre otra anterior, posee una única nave en la que se inserta el camarin de la virgen que da nombre a la ermita.




En nuestro recorrido de vuelta hacia la ermita pasamos por la fabrica de la Logroñesa donde se prepara uno de los dulces típicos de navidad y muy reconocidos como es el mazapán de Montoro.

Aquí ponemos punto y final a nuestra ruta de viaje por la localidad, pero en Montoro hay otros atractivos que el viajero puede visitar en su termino municipal.
En las inmediaciones de Montoro se localizan los siguientes lugares de interés como pueden ser la Ermita de la Fuensanta, esta es una edificación del siglo XVIII de estilo barroco situada en el valle del Corcome, la Torre de Villaverde y Ermita de nuestra Señora de los Remedios que son edificaciones de finales del siglo XIV localizadas en la campiña en dirección a la localidad de Bujalance, un tramo de calzada romana perteneciente a la Via Augusta ubicada en las inmediaciones de la carretera del cementerio de la localidad. Asimismo hay que hacer una reseña al gran numero de edificaciones destinadas a molinos de aceite que existen fundamentalmente en la Sierra destacando entre ellos el de la Colora del siglo XVIII en la carretera que une Montoro con la localidad de Adamuz y que hoy ha sido adaptada para turismo rural.
También se pueden contemplar las Aceñas o Molinos Harineros que hay diseminados por la orilla del rio Guadalquivir a su paso por Montoro. Se tienen noticias de la existencia de seis aceñas a lo  largo del meandro que forma el rio, entre ellas las mas cercanas a la población son las de los Molineros, la de Cascajal, la de las Aceñuelas situada justo antes del puente y la de las Monjas localizada tras pasar el puente. Todas ellas están documentadas desde principios del siglo XVII aunque se cree que su origen es anterior. Y por ultimo existen también varios pantanos o presas que se destinan para el regadío, abastecimiento de agua potable y como uso turístico.



GASTRONOMIA:

En el plano gastronómico se recomienda degustar platos típicos como los faisanes ( variedad de seta ), el ajo sopeao, las papas en coña, las vinagreras, la carne de monte, todo ello cocinado con el rico aceite de oliva de la Sierra Montoreña,  nueva Denominación de Origen de Aceite de Oliva en Córdoba, bajo el nombre de  Montoro-Adamuz. La gastronomía de esta ciudad va íntimamente ligada a su riqueza cinegética, pues en sus cotos se encuentran en abundancia especies como el jabalí, el ciervo, el conejo o la perdiz. Merece destacarse también sus exquisitos dulces, entre los que destacan los Mazapanes de Montoro La Logroñesa  y la miel de la Sierra, ésta ultima comercializada por la Empresa Apícola de Montoro, que ha obtenido premios a la calidad y a la presentación artesanal, y ha obtenido la marca Parque Natural.

FIESTAS:


Dos son los ejes principales sobre los que bascula el sentir montoñero: sua mor a la semana santa y su tradición olivarera.
entre las manifestaciones de religiosidad popular en la ciudad la semana santa ocupa un lugar relevante, la pervivencia de valores y elementos tradicionales caracterizan la celebración que destaca en el conjunto de localidades andaluzas por su indudable originalidad. La semana santa montoñera es fervor, devoción pero también es vistosidad y colorido, espectáculo multisecular, hermanos cofrades, penitentes, imperio romano, coro de nuestro padre Jesús, agrupaciones musicales, nazarenos, costaleros y porteadores, etc...
Como momentos mas culminantes de la semana mayor de Montoro, merecen destacarse las "carrerillas" de las imágenes por las empinadas calles de la ciudad, el paso de las cofradías por el casco histórico con sus sinuosas y estrechas calles, el Prendimiento del Cristo de la Humildad, el Beso de Judas, el Sermon del Paso... entre otros.

El ultimo domingo de abril se celebra la Romeria de la Virgen de la Fuensanta o Veleras en el Valle del Corcome.

En la primera semana de mayo Montoro engalana sus barrios, calles y fachadas con la celebración de la Festividad de la Cruz de Mayo.




Para Montoro el olivo ha sido desde siempre la principal fuente de riqueza, para reconocer los valores humanos y económicos que genera el olivo, el Consorcio Feria del Olivo organiza cada dos años en el mes de mayo la Feria del Olivo de Montoro, ciclo de conferencias con los problemas del olivar, cata de aceite, concurso de poesía al olivar, premio de innovación ecnologica, etc..., siendo en la actualidad la segunda feria mas importante del sector en España.

Durante los meses de verano se celebran varias verbenas, la primera en honor a San Fernando en los Huertos Familiares, la de la Virgen del Carmen en el mes de julio, a continuación y en el mismo mes se celebra de la Santiago y Santa Ana en el popular barrio del Retamar, para finalizar con la de San Bartolomé que es el patrón del pueblo a finales de agosto.



Ya en el mes de octubre tiene lugar del 7 al 12 la Feria y Fiestas en honor a la Virgen del Rosario, patrona de la localidad en los que se realizan diversas actividades culturales, de ocio y festivas.




Si viajando por tierras cordobesas el viajero divisa a lo lejos una torre roja que luce como un farol sobre un blanco caserio esta llegando sin duda a Montoro. Cinco colinas se hermanan con la particular imagen de esta villa andaluza que se asoma para deleitarse con su paisaje en un recodo del Guadalquivir.

Se ha dicho que Montoro, por la estampa que dibuja su monumental entramado sobre un promontorio ceñido por el meandro que forma el Guadalquivir, es la Toledo Andaluza.

El puente sobre el rio une la villa con uno de sus barrios típico y el rojo intenso que tiñe la tierra y la piedra contrasta con el blanco de la cal de las casas escalonadas.

Sobre las aguas del Gudalquivir se alzan iglesias, palacios y colinas que se encrespan hacia Sierra Morena. El ducado de la villa, que pertenece desde siglos a los Alba, le aporta ese raigambre y tronio que la envuelven y le acaban de dar el empaque que merece la señorial y elegante Montoro.






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