SABIOTE (Jaen)



SABIOTE


Sabiote es un municipio español de la provincia de Jaén, en la Comunidad Autonoma de Andalucía y situado en la comarca de La Loma, en general, toda la villa presenta un estado de conservación excelente, por lo que nos transporta fácilmente a un ambiente de tiempos pretéritos. Sus casas muy cuidadas y calles bien conservadas y adoquinadas tienen gran encanto, estando salpicadas de casonas blasonadas, casas encaladas y edificios hermosos aunque modestos, lo que hace que pasearla sea muy agradable.
En cuanto a su historia, Sabiote ha sido ocupada desde la Edad Prehistórica, encontrándose hallazgos arqueológicos de diferentes periodos como los de la Edad del Bronce, siendo también importante la ocupación romana. Pero es principalmente con la conquista árabe cuando se define como núcleo urbano.
A partir del siglo XI, con las invasiones almorávides y almohades, la villa se vio fuertemente fortificada y se construyeron una extensa muralla y un castillo. Pero no será hasta 1226 cuando el rey cristiano Fernando III conquista dicha población. Durante la época de Carlos V (enlazar), su secretario, Francisco de los Cobos (enlazar), fundó el mayorazgo de Sabiote hasta que en 1212 consiguió la independencia.
En los siglos XV y XVI es cuando la villa sufre su más importante transformación urbanística, ya que se construye la plaza principal y se remodela el castillo. En los nuevos edificios que se construyen a lo largo de estos años se incluyen elementos renacentistas.

El casco antiguo de Sabiote posee un gran interés cultural, es por ello, que en el año 1972 se declaró Conjunto Histórico Artístico. Si visitas Sabiote, no te puedes perder el castillo, la Iglesia Parroquial de San Pedro, la Plaza de las Chinas o el Barrio del Albaicín.
En Sabiote el viajero puede visitar su recinto amurallado el cual ocupa el sector sureste del pueblo, de la vieja muralla que lo rodeaba tiempos atras podemos ver alzada unas tres cuartas partes con sus correspondientes arcos y torreones. Pegado a la misma se halla el citado barrio moruno del albaicin asi como numerosas casas señoriales o solariegas esparciadas por su casco hisotrico entre las que destaca la Casa de las columnas o el Palacio de las Manillas. Tambien podemos contemplar su magnifico castillo que se encuentra erguido frente al valle del Guadalimar y situado en la parte noreste de la muralla de la ciudad. Y que decir de sus iglesias o conventos que guardan tallas preciosas que son procesionadas en su semana santa.

Todo lo anteriormente descrito el viajero lo puede contemplar y visualizar, como siempre, en nuestra ruta que realizamos a la preciosa ciudad de Sabiote.

Comenzamos nuestro recorrido en la Puerta de la Villa, lugar donde se ubica el edificio del Ayuntamiento de la localidad.
Es la principal entrada al recinto intramuros y la más famosa, mencionada incluso en el Fuero de Sabiote. Se hallaba junto al actual Ayuntamiento o desaparecida iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, a la entrada misma de la calle de San Miguel. Esta puerta tuvo dos arcos, uno de cara al camino real de Úbeda, y otro de cara a la calle San Miguel. Esta puerta fue derribada poco después de 1846 por ser un obstáculo para la circulación.
El edificio que alberga el ayuntamiento, segun podemos contemplar en una placa de la pared frontal, esta construido en el siglo XX, asimismo tambien podemos visualizar otra placa que nos dice que en ese mismo lugar estuvo una anterior ermita del siglo XVI.



Desde este lugar nos dirigimos calle abajo por el Paseo Gallego Diaz donde podemos contemplar en su lado derecho tres torreones que pertenecian a la antigua muralla de la ciudad y que estan datados de los siglos XIV y XV. En uno de ellos podemos observar que se instalo un reloj datado de epoca posterior a la construccion del torreon. También maciza hasta el adarve en origen, posee un habitáculo o cuerpo de guardia con bóveda gótica a esa altura. En el siglo XIX fue modificada su estructura interna para alojar el reloj municipal, hoy inexistente. Queda la esfera enmarcada por moldura donde estuvo el reloj, un cuerpo de sillería -adornado con pináculos en las esquinas- añadido en la parte superior de la torre y la estructura en hierro para alojar la campana. Se abrió una puerta en la planta baja, que da al paseo, para acceder al interior.


La segunda torre nos ofrece un aspecto mucho más original que la anterior. Es maciza hasta la altura del antiguo adarve, donde se halla un habitáculo que dispone de una aspillera o saetera, única abertura al exterior. También presenta restos de almenado en la cara este.
 

Y finalmente el primer torreón es el más ancho, también el más transformado. Posee hasta cuatro amplios vanos (una puerta y tres ventanas prácticamente a eje) en el lado que da al paseo, abiertos con posterioridad, ya que la torre se convirtió en vivienda y se reformó en 2007. Debemos tener en cuenta que observamos estos torreones desde la parte externa de la muralla, por lo que la presencia de cualquier abertura en el muro, a excepción de las aspilleras (hueco vertical, estrecho y alargado para disparar), debilitaría su defensa.
 


Al final del paseo y en su margen izquierda podemos visitar el Convento e Iglesia de Santa Maria.
Este convento de Carmelitas Descalzas fue fundado a finales del siglo XVI por Francisco de los Cobos y su esposa, María de Mendoza. De estilo renacentista, tiene un bello claustro con arcadas de medio punto y columnas dóricas. Dicho claustro fue proyectado por Alonso de Vandelvira y Luna, “Arquitecto Mayor de Sabiote”, en 1586. El convento se fundó en torno al año 1584, estando de Papa Sixto V, como Rey de las Españas Felipe II, y obispo de Jaén don Francisco de Sarmiento y Mendoza. En la actualidad el convento pertenece al Ayuntamiento de Sabiote, que fue rehabilitado y se creo en él un Centro Cultural.







La iglesia, bajo la advocación de Santa María, se edificó sobre otra anterior románica. En su interior se conserva la reja del coro alto, la gran viga de madera que lo sostiene y en sus extremos vistosas zapatas con ángeles y el escudo de la Orden de las Carmelitas. Se cree que la portada del templo se debe al genial Alonso de Vandelvira.






Una vez visitada la iglesia del convento, a escasos metros de esta y ya en la calle Blas Infante podemos contemplar el edificio del Palacio de los Moreno Villenas.
Encuadrado en el barroco del S. XVII, el edificio presenta en su fachada vanos coronados por frontones, y en su parte baja, argollas para el amarre de los animales. Se accede a él a través de una puerta adintelada enmarcada entre pilastras. Sobre él un balcón con pilastras de decoración geométrica y rematando el conjunto un cuerpo con un escudo heráldico.



Volvemos sobre nuestros pasos y desde el paseo nos dirigimos por la calle Canonigo Utrera para sumergirnos en el barrio del arrabal bajo donde podemos contemplar en la calle San Jose un edificio del siglo XIX que correspondia a una casa parroquial.


Al lado de la calle Canonigo Utrera y haciendo esquina con la calle Gutierrez Lozano podemos contemplar un lienzo de la antigua muralla de la ciudad. Asimismo en ese lugar estuvo el Postigo de San Bartolome. Esta circunstancia se aprecia perfectamente en el trozo de muralla que asoma, embutido entre dos viviendas, en el lugar donde se levantaba el Postigo de San Bartolomé, hoy desparecido, que daba acceso a la actual Calle del Doctor Gutiérrez Lozano. Se llamaba así por encontrarse junto a él la ermita de San Bartolomé, aunque también era conocida como Puerta de Baeza. Existe aún la hornacina que protegía esta puerta, con la imagen de la Virgen de los Dolores. Desde este punto y hasta el Paseo de Gallego Díaz los restos de la muralla vuelven a ser visibles en la parte trasera de las viviendas que dan a la actual Calle de la Reina.


 
Continuamos bajando por la calle Canonigo Utrera y haciendo esquina con la calle Blas Poyatos se encuentra el Mirador del Chiringote y el Arco Nuevo. El arco debe su nombre al ser el último arco abierto en las murallas. Al igual que en las otras puertas, se labraron hornacinas para colocar imágenes a las que se encomendaban la defensa de las mismas. En este arco se conserva la Inmaculada Concepción.


 
Cruzamos el arco y podemos contemplar otro lienzo de la antigua muralla que estan siendo en la actualidad rehabilitadas por el ayuntamiento de la localidad. En la misma calle podemos contemplar a escaso metros del arco una de las muchas casas solariegas del siglo XVI.


El Mirador del Chiringote debe su nombre a una fuente o abrevadero que se situa a los pies de la Puerta de los Santos, desde dicho mirador podemos contemplar unas preciosas vistas del valle del Guadalimar y de la Comarca del Condado.



Bajando por una empinada y empedrada cuesta que parte desde el mirador y antes de llegar a nuestro siguiente punto de visita podemos contemplar varios lienzos de la muralla de la antigua ciudad.




Antes de dirigirnos hacia la Torre de la Barbacana y Puerta de los Santos, hacemos una parada para contemplar la fuente del Chiringote o tambien de los Santos. De origen arabe, se trata de un conjunto hidráulico interesante y muy bello. Son en realidad dos fuentes con sendos abrevaderos de gran longitud, los dos tienen una pileta donde el agua cae y el abrevadero está separado por un murete. Justo debajo de ellos hay un lavadero y una alberca de regulación para riego de una zona de huertas. Sobre los dos pilares la puerta de la muralla conocida como de los Santos, nombre que también toma la fuente. Cuenta la leyenda que de dicha fuente bebieron agua Isabel la Catolica a su paso por la localidad en direccion a la conquista de Baza y tambien Santa Teresa de Jesus y San Juan de la Cruz en su perigrinaje, prueba de ello es la estatua que hay en su homenaje a la santa.



Una vez visitada la fuente nos dirigimos por una empinada y empedrada cuesta que parte desde la fuente hacia la Puerta de los Santos. Torre y puerta con reminiscencias árabes, originariamente construidas en el siglo VIII. Fueron restauradas en el siglo XII y posteriormente en el siglo XX. Esta fue una de las seis puertas de la que constaba el recinto amurallado de la ciudad. Atravesamos la puerta para dirigirnos por la calle muralla donde podemos contemplar el lienzo mas grande de esta. Pasada la puerta podemos contemplar una hornacina en la parte superior de la puerta de la cual deducimos que el nombre de la misma se deba a esta.



La Villa de Sabiote fue fortificada por los romanos a quienes debió su pasada grandeza, quedando aún restos de aquellas fortificaciones. Pero fueron los árabes quienes la cercaron con recios y altos muros, la dotaron de una Alcazaba inexpugnable y abrieron en su cerca varias puertas de entrada de las cuales hoy se conservan dos y algunos lienzos de muralla.
La muralla permanece casi entera, aunque en muchos de sus tramos se han adosado viviendas. Uno de los lienzos que mejor se conserva es el que acaba en el Arco de los Santos, arco de medio punto sobre el que se levanta un lienzo de mampostería, rematado por merlones muy bien conservados, y unido a un cubo de planta cuadrada rematado también por merlones. La fábrica es de sillares en las esquinas y mampostería en los entrepaños. El recinto amurallado de la villa de Sabiote constaba de seis puertas de las cuales en la actualidad quedan intactas la de los Santos y la de Granada. Ademas de numerosos torreones como los del paseo Gallego Diaz y los del pasaje de los torreones.





Caminando por la calle en direccion hacia el castillo, nos dejamos en nuestro lado derecho el comienzo del barrio del Albaicin sabioteño del que luego daremos cuenta.
Y finalmente llegamos por la calle Cortijuelo al lugar donde se ubica majestuosamente el castillo de Sabiote, pero antes de visitarlo nos dirigimos por unas escaleras empredradas por las cuales bajamos para visitar la fuente de la Puerta del Canal. De origen árabe, esta fuente está cobijada por la torre más alta del castillo. Debido a su emplazamiento, abastecía a los habitantes de la población, siendo así una de las más visitadas. Según la tradición, por aquí pasaron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz cuando venían de Beas de Segura con motivo de la fundación del Monasterio de Carmelitas.



Una vez vista la fuente nos dirigimos por una cuesta pronunciada y empedrada que va circundando el castillo para dirigirnos a la plaza que da nombre el propio castillo. Durante el recorrido podemos visualizar la parte exterior del monumento mas representativo de la ciudad.




 
Y llegamos a la plaza donde se encuentra el castillo.
El Castillo de Sabiote está considerado como la construcción más importante que con fines militares se construyera en el siglo XVI en la provincia de Jaén, siendo también el ejemplo más antiguo de cuantos se conservan en la actualidad de modelo castillo-baluarte renacentista. A sus puertas podrá adivinarse el valle del Guadalimar y los horizontes de Sierra Morena y Sierra Mágina, confirmando la importancia militar que este paraje tuvo como lugar privilegiado desde la Edad de Bronce. El castillo posee una bella portada plateresca con un escudo que porta las armas de Cobos Molina y doña María Mendoza, sus promotores.





El castillo de Sabiote fue construido en el siglo XIII, aunque debido a la preeminencia defensiva que ocupa el cerro en toda la comarca de La Loma, debió ser un lugar encastillado por todas las civilizaciones, desde tiempo inmemorial.
Ya fue prácticamente rehecho tras la reconquista por Juan de Zuñiga en el siglo XIII. Su aspecto actual de fuertes murallas y aspecto de bastión elegante e imponente y el acabado actual que conserva, no es debido a sus comienzos, sino a la reconstrucción del siglo XVI que mando hacer Don Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V, allá por el siglo XVI con el fin de convertirlo en su noble palacio-residencia. Corrió a cargo de Pedro de Vandelvira, y está inspirado en fortificaciones italianas renacentistas, influjo de los viajes de éste "señor todopoderoso de La Loma", Don Francisco de los Cobos y Molina, que precisamente conoció a Vandelvira en Italia.
En el castillo se conservó, durante varias décadas, la escultura de Miguel Ángel conocida como el San Juanito de Úbeda, hasta que fue trasladado a dicha localidad, a la Sacra Capilla del Salvador.
Lamentablemente, el castillo fue expoliado y volado por las tropas napoleónicas durante su ocupación, por lo que interiormente sólo queda el esbozo de lo que fue una destacada obra de arte. El ayuntamiento se encarga de su actual conservación y restauración, a la espera de un proyecto integral de reconstrucción que recupere el aspecto original que tuvo en su día.


Esta obra singular de la arquitectura militar, dispone de una serie de elementos que merecen especial atención como el bastión suroeste, un brocal de pozo de modelo clásico, o la portada principal, de esquema clasicista. Esta gigantesca construcción custodió a lo largo de los años el Pendón de la Orden de Calatrava y numerosas obras de arte que pasaron más tarde al Salvador de Úbeda.

Desde el punto de vista de la ingeniería defensiva, el de Sabiote muestra un tipo de fortificación basado en torres abaluartadas angularmente, troneras, merlones y orejeras que recuerdan repertorios del tratadista italiano Francesco di Giorgio y anticipa esquemas defensivos del siglo XVII, como las torres de planta pentagonal. Todo ello sin renunciar a refinamientos estéticos como el friso del entablamento con grutescos o el clasicismo de la portada plateresca que muestra los escudos del señor de los Cobos y doña María, sus promotores. Este impresionante castillo de planta asimétrica, ocupa un amplio recinto con tres torres en ángulo y una cuarta torre ubicada fuera de ángulo, en un muro avanzado. Se conserva poco de la estructura palaciega interior que dispuso de un gran salón con bóvedas de cañón de ladrillo.





En su exterior, muy pintoresco, contrasta la solidez y altura de sus muros lisos de sillería coronados por adarve y troneras con la elegancia ornamental de escudos con casco y cimera enmarcados con alfiz o las molduras que recorren los muros y protegen ángulos así como la puerta de pilastras con grutescos sobre pedestales lisos, dan una nota de elegancia renaciente que contrasta con la adustez militar de la fortaleza.
La puerta de acceso, que tuvo puente levadizo y un escudo en la parte superior, que abre con arco de medio punto es sobria y robusta y en ella se dan cita arcaizantes pilastras, motivos ornamentales platerescos, refinadas figuras en relieve y ostentosa heráldica.
El patio interior, aproximadamente triangular, de grandes dimensiones aunque desaparecido, disponía de galerías dobles en tres de sus lados y sus frisos mostraban la calidad de los relieves. 
El patio no se conserva. Dos destrozadas columnas pegadas al muro en las que descansaban los arcos finales que servían de contrarresto de los restantes, permiten formarse una idea de él. Sus capiteles son jónicos, descansando las columnas sobre pedestales. Este patio debió tener arquería solamente en tres de sus lados; en el otro hay un pozo embutido en el grueso del muro y un magnífico escudo en lo alto sostenido por dos sirenas arrodilladas mostrando sus torsos desnudos, casco encima y cimera y finas labores renacientes sirviéndole de peana. Una inscripción en él da la fecha: AN 1.543; encima se conserva la cornisa interrumpida de trecho por gárgolas con figuras de animales.




Una vez visitado el castillo, proseguimos nuestra ruta por la localidad, y ya en la misma plaza del castillo se ubican los restos de una de las seis puertas de la que constaba el recinto amurallado de la ciudad como es la Puerta de Santa Maria. Conocida así por los caballeros de Calatrava por dar paso a la iglesia de Santa María del Cortijo, que se alzó en esta Plaza. De la iglesia se conservan hoy los restos frente al castillo. De esta puerta tan sólo queda el hueco. Por su proximidad a la parroquia y al castillo fue una de las más importantes y de más tránsito de las que tuvo el pueblo.


Nos adentramos por el hueco de la extinta puerta y nos dirigimos por la calle Enrique Jimena donde podemos ir observando numerosos edificios de epoca medieval entre los que destacan la Casa de los Messias y el Palacio de las Manillas. Antes de visitar estos dos monumentos, al final de la calle por donde paseamos podemos contemplar una Portada Mudejar ubicada en el barrio del albaicin.
Se trata de una sencilla portada con dintel de madera que se apoya en sendas jambas dentadas con rosetones en el centro, de estilo mudéjar. Hoy día es propiedad de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno, que pretende hacer una Casa de Hermandad.





Desde este punto nos dirigimos por la calle Castillo, ascendiendo por ella, podemos contemplar la Casa de los Messia. Se trata de una casa renacentista de finales del siglo XVI. La portada es de piedras de sillería con dintel, dovelas y pilastras. Sobre la puerta de entrada encontramos una sencilla reja con un escudo y adornos laterales.


Adosada a la casa se encuentra el palacio de las Manillas. Es de estilo renacentista, del año 1550. Basamentos, dintel y jambas monolíticas rodean la puerta. Sobre ella, capiteles sosteniendo una cornisa con escudos nobiliarios de los Melgarejo y Figueroa, entre otros. Severa fachada de piedras de sillería con rejas y manillas de la época. Actualmente el edificio alberga un complejo hotelero.



Continuamos caminando por la calle Castillo para dirigirnos al centro nuralgico de la Sabiote monumental como es la Plaza de Alonso de Vandelvira, lugar donde se aglutina la mayoría de monumentos que podemos encontrar en la localidad. Para llegar a este lugar lo hacemos bordeando uno de los monumentos mas representativos de la localidad junto con el castillo como es la Iglesia Parroquial de San Pedro Apostol. Bordeando la iglesia podemos comprobar la majestuosidad de la misma y los distintos elementos arquitectónicos que la componen.








El proceso de edificación de la iglesia de San Pedro fue lento, distinguiéndose en él hasta cuatro etapas constructivas, dentro de un arco temporal que abarcaría entre el año 1500 y el 1680. De su primera fase conserva esta iglesia sus dos portadas laterales: la norte labrada bajo los auspicios del obispo don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (1500-1520); la otra, meridional, erigida bajo el mandato episcopal del cardenal don Esteban Gabriel Merino (1523-1535). La primera, de un estilo gótico flamígero, puede estar vinculada al maestro Pedro López. La segunda, protorrenacencista o plateresca, tal vez fuera obra relacionada con Diego de Alcaraz. Ambas portadas serían incorporadas a la nueva fábrica levantada en los siglos XVI y XVII, al ser reemplazada la anterior obra gótica.



Se trata de una iglesia de tres naves a igual altura separadas por pilares exentos y cabecera plana y destacada, la traza original de este espléndido templo de salón ha sido tradicionalmente atribuida a Andrés de Vandelvira, quien llevaría a cabo la cabecera y el primer tramo de la fábrica, cubierto por nervaduras góticas estrelladas. A la muerte de Vandelvira, los trabajos permanecerían bajo la supervisión de Alonso de Barba, siendo éstos ejecutados por Juan de Madrid y Alonso de Vandelvira.
Alonso de Barba continúa con un proyecto plenamente vandelviriano. Las obras van a buen ritmo y se han levantado, prácticamente, sus dos nuevos tramos, aquellos que se cubren con bóvedas baídas. Desaparecidos de la escena sus maestros, hacia 1593, son continuados los trabajos por Juan de Vandelvira, quien previamente se había concertado con los canteros Pedro Murciano y Diego Gil.
Finalmente, entre 1621 y 1680, esencialmente bajo el mandato del cardenal don Baltasar Moscoso y Sandoval, la fábrica recibe un definitivo impulso, cubriéndose el último tramo de los pies y erigiéndose la torre, a partir de 1637, por el cantero ubetense Cristóbal del Pozo bajo la dirección de Juan de Aranda y Salazar. Este imponente campanario, de 30 metros de altura, luce el escudo episcopal de don Baltasar Moscoso y Sandoval en su primer cuerpo, coronándose el conjunto con chapitel de base poligonal.


















Y finamente llegamos a la Plaza de Alonso de Vandelvira, centro del Sabiote medieval, en ella el busto de Alonso de Vandelvira (hijo del gran Andrés) nos recuerda que vivió, casó y tuvo hijos en este pueblo, del que fue arquitecto mayor y artífice de la iglesia y casas de esta plaza, así como de otras. Desde tiempo inmemorial los vendedores establecían sus puestos en torno a esta plaza denominada Plaza Mayor. Será en 1880 cuando esta plaza deje de tener dicha función al crearse el mercado en la Plazuela de la Cabrada, junto a la calle del Corregidor.





En dicha plaza podemos contemplar varios edificios obra de Vandelvira como El Meson Viejo. Edificio del siglo XVI, es de gran interés, pues constituye uno de los pocos ejemplos de esta tipología de edificio público para viajeros. Presenta un marcado carácter urbanístico, al plantear uno de sus alzados laterales como una sencilla logia de arcos de medio punto.


También podemos visitar la Casa-Mansión de los Mendoza, esta casa data del S. XVI. El edificio se articula en dos cuerpos. Se accede a él a través de una puerta adintelada, y sobre él nos encontramos el escudo de los marqueses de Camarasa. Fue sede la Audiencia, Escribanías, Pósito y Escuelas
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También podemos contemplar la Casa-Mansión de los Teruel. El edificio data del siglo XVI aunque fue reconstruida a mitad del siglo XX. El edificio se articula en dos cuerpos. Se accede a él a través de una escalinata y sobre la puerta de entrada encontramos un balcón con los escudos a ambos lados de las familias Teruel y Melgarejo. Entre 1925 y 1941 se destinó a Casa-Ayuntamiento y posteriormente se dedicó a fines docentes. Hoy en día es sede de la Asociación para el Desarrollo Socioeconómico de La Loma y Las Villas y Centro Guadalinfo.



Y finalmente podemos contemplar el edificio del Meson Nuevo, este edificio del S. XVI fue construido como una ampliación del Mesón Viejo. Tiene escaleras de acceso semicirculares y, rodeando la puerta, salientes de piedra a modo de punta de diamante. Durante años, y hasta 1925, fue casa-ayuntamiento. Hoy es vivienda particular.


Desde la plaza y por la calle Moral nos adentramos a visitar el popular barrio del Albaicín. El trazado del barrio, el antiguo Sabiyut árabe es de origen medival, esta formado por varias calles angostas y tortuosas con viviendas dee arquitectura popular que muestran fachadas blancas y humildes. el singular barrio se origino al amparo del castillo y de las murallas de Sabiote.











Salimos del barrio ascendiendo por la calle Argolla par llegar de nuevo a la plaza para partir de esta en dirección a la calle T. Pineda Molina para hacer un bucle por varias calles del casco antiguo para volver de nuevo a la plaza. En la calle Pineda Molina podemos contemplar la Casa Mansión de las Columnas. El elemento mas destacado de esta casa es la portada plateresca de finales del siglo XVI. Consta de dobles columnas a cada lado de la puerta con capiteles corintios y figuras humanas y mitológicas. A ambos lados del balcón se pueden ver unos niños desnudos que sostienen escudos de armas y bajo este un friso corrido.



Continuamos por la calle Juan Salido y ya haciendo esquina con la calle San Miguel nos encontramos con la Casa de los Leva, lo mas interesante de esta casa es su portada de estilo renacentista del siglo XVI. Se accede a ella a través de una puerta adintelada con largas dovelas, sobre el dintel aparece un friso con relieves de seres mitológicos y motivos vegetales. A ambos lados del dintel se encuentran dos semicolumnas que sustentan una pequeña cornisa.




Continuamos por la calle San Miguel para dirigirnos hacia la calle Higueras Sabater donde podemos contemplar la Casa Mansión que da nombre a la calle, la de los Higuera Sabater.
De esta antigua casa solo se conserva la fachada que data del siglo XVI. El edificio se enmarca dentro del estilo renacentista tardío y podemos contemplar la portada que cuenta con columnas y motivos decorativos a base de figuras humanas asi como de animales y rosetones, rematando el conjunto nos encontramos una cornisa con unos flameros.





Durante nuestro recorrido por el casco antiguo de la localidad podemos contemplar numerosas casas con portadas de estilo renacentista datadas de los siglos XVI y XVII.















Finalmente llegamos de nuevo a la plaza de Alonso de Vandelvira, de la cual partimos por la empedrada calle Minas para dirigirnos hacia la Puerta de Granada, durante nuestro recorrido por dicha calle pudimos contemplar una casona datada del siglo XIX.





Y llegamos a la puerta de Granada, esta puerta se llamaba así por partir de ella el camino real a Granada, aunque también es conocida como la del Tejar y Arco del Pilarillo, por ser paso para estos lugares próximos. La puerta está defendida por una torre, hoy incompleta y reconstruida, del siglo XIV.





Cruzamos la puerta y podemos contemplar de nuevo un gran lienzo de muralla que recorre la Ronda de los Miradores que nos lleva hacia el pasaje de los torreones. Antes de llegar a dicho pasaje podemos visitar el Parque Manuel Jurado desde donde podemos contemplar al igual que paseando por la ronda de impresionantes vistas de la comarca. La Villa de Sabiote fue fortificada por los romanos a quienes debió su pasada grandeza, quedando aún restos de aquellas fortificaciones. Pero fueron los árabes quienes la cercaron con rectos y altos muros, la dotaron de una Alcazaba inexpugnable y abrieron en su cerca varias puertas de entrada de las cuales hoy se conservan dos y algunos lienzos de muralla. Actualmente quedan dos torres cuadrangulares en los extremos y circular en el centro y un lienzo de muralla de los siglos XIV y XV.





Desde el pasaje llegamos finalmente a nuestro punto de partida de nuestra ruta por la villa de Sabiote, la Puerta de la Villa. Pero aquí no termina nuestra visita a Sabiote ya que fuera del recinto amurallado y del casco antiguo podemos visitar la Ermita de San Gines que se encuentra ubicada a las afueras de la localidad en la carretera que conecta el pueblo con la vecina localidad de Torreperogil
Dedicada al patrón de la villa. Tiene una portada de medio punto y frontón triangular.La actual ermita, del siglo XVIII, fue inaugurada en 1763. Ésta se alza sobre otra anterior, levantada por los propios árabes en el siglo XII, devotos de este santo. Esta ermita se encarga de nueva planta a don José Gallego y Oviedo del Portal, maestro mayor de la obra de la Catedral de Jaén. Para su construcción hizo falta la aportación económica del Concejo y aportaciones de los fieles. En la actualidad la ermita cuenta con el camarín del Patrón, que es de planta cuadrada, alza cuatro arcosolios que forman las pechinas sobre las que se levanta la bóveda, cubriéndose todas las superficies (tímpanos, trasdós e intradós de arcos e intradós de la bóveda) con pinturas al fresco donde el elemento protagonista es el tallo sinuoso y ondulante un tanto rococó, bien sea enmascarando fondos con las figuras de los Evangelistas en las pechinas, o ángeles músicos en la bóveda; esta joya pictórica se debe a Espantaleón. Además del camarín destacan seis magníficos retablos en los que se ubican diferentes santos.





Ya fuera del casco urbano de Sabiote podemos visitar el paraje de la Corregidora. Se encuentra muy cerca del casco urbano al cual se puede acceder por el camino que nos lleva hacia el cementerio de la localidad. El paraje es una hondonada natural que a consecuencia de la erosion hídrica presenta una singular configuración. en dicho paraje podemos contemplar el Puente de la Corregidora, la cascada natural de agua, el Peñon del Hueco, las estalactitas de la Fuente de la Salud, el nacimiento del arroyo de la Corregidora, cuyas aguas riegan numerosas huertas del entorno y la Fuente de la Corregidora.






La villa de Sabiote es la gran olvidada del triangulo renacentista de Andres de Vandelvira que forma junto a las vecinas localidades de Ubeda y Baeza. En general, pasear por Sabiote es bastante agradable ya que toda la villa presenta un estado de conservación excelente. Sus casas muy cuidadas y calles bien conservadas y adoquinadas tienen gran encanto, estando salpicadas de casonas blasonadas, casas encaladas y edificios hermosos aunque modestos. Particularmente, destacan el castillo de Sabiote, la iglesia parroquial de San Pedro, el barrio del Albaicín, y el convento de las Carmelitas, entre otros muchos lugares.



GASTRONOMIA:

Son dignas de mencionarse las tradicionales “roscas de San Ginés”, las cuales se van depositando en las andas del Santo Patrón cuando es llevado a su ermita, subastándose al concluir la procesión, siendo vieja la costumbre de guardarlas durante todo el año como amuleto propiciatorio para que no falten alimentos en la casa, sobre todo en años de escasez. También para el día 2 de febrero se habrán de tomar los “roscos de la Candelaria”, que son llevados a bendecir a la iglesia por los niños en pequeños cestos adornados con cintas de colores. Sabiote prepara también en sus fogones los tradicionales guisos farináceos provinciales, tales como los populares “andrajos”. La masa sobrante suele freírse a modo de unas tortillas sin huevo. Otro popular guiso farináceo sabioteño es el “ajoharina”, plato que hunde sus raíces primeras en los pultes romanos y en la posterior sajina árabe, sin que hayan de olvidarse en este capítulo las omnipresentes y camperas “migas de pan”, acompañadas de torreznos, chorizos, rabanillos, aceitunas y frutas tales como las uvas y el melón.

Posee Sabiote otros guisos peculiares en sus nombres y en sus ingredientes, como la “sopa de pelo liebre”, que así llaman aquí a la sopa de tomate, o la “ensalada sabioteña”, que lleva entre sus ingredientes trozos de pepino, melón, naranja y tomate, aderezada con aceite de oliva, ajos picados, orégano, sal y vinagre; o la llamada “ensalada de gazpachos”, en la que al aguasal, aceite y vinagre que la componen se le agrega cebolleta picada y pan tostado. Peculiar, y farináceo también, es el “ajete”, modesto plato picante de La Loma hecho con un sofrito de verduras, trabado con harina y coloreado con pimentón, reliquia de la cocina de otros tiempos de carencias.
Entre los platos de diario, además del muy popular “puchero”, al que en Sabiote se llamó viudo cuando las escaseces los privaba de carne, hay que contar con el “arroz cortijero”, sin otro acompañamiento, además de los aderezos, que el de unas modestísimas patatas picadas, pero que cuenta con el inolvidable sabor de los platos de factura sencilla.
Entre las tortillas, muy sabrosa es la de berenjenas, heredada de la cocina andalusí; y entre los potajes, el muy penitencial y semanasantero de panetes –albóndigas hechas con miga de pan y trocitos de bacalao sin raspa–, que aquí se conoce como “cazuela de panetes”.
Y así, la relación de los platos tradicionales de esta villa se nos haría interminable. Citaremos sólo algunos como los garbanzos “mareaos” o morrococo, las “papas fritas a tó montón”, las “papas en caldo” y el “guisao de papas”, el arroz con pollo, el bonito en escabeche, la pescada en blanco, el pisto, la coliflor emborrizada, la “cocina berza”, la carne con tomate, el bacalao frito, las tortillas de habas, espárragos o “papas”, los ajos de collejas o de espinacas, la sopa en ajo, los picatostes, los espárragos en vinagrillo, la ensalada berza, los alcauciles cocidos, los “casamientos”, o los hornazos.

De la dulcería sabioteña dignos de tenerse en cuenta son los “roscos de blanquete” –o roscos blanquetes–, de gran tradición morisca, compuestos con una suave masa de aceite, harina y huevo, cocida y cubierta de una frágil capa hecha con azúcar, clara de huevo batida y un chorreón de limón, que se deja secar al sol, tomando entonces consistencia sólida el baño blanco o blanquete. Otros dulces tradicionales son los borrachuelos, normales o aperdigonados, las perrunas, los canelos, los polvorones, los empolvados de aceite y los de manteca, los mantecados de aceite y los manchegos o del hoyo, las flores, las magdalenas, el bizcocho de gallegas, las empanadillas, las galletas caseras y una infinidad de roscos: de gachamiga, de trenza, de ajonjolí, de clavo, de aguardiente, de cucharilla y los rosquillos fritos.


FIESTAS:

En Semana Santa Sabiote saca sus obras de arte religioso a la calle para conmemorar la Pasión de Cristo y su sacrificio por la salvación de los seres humanos. Sus orígenes arrancan de la mitad del siglo XVI, con la fundación de las Cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno en torno a 1550, la de Nuestra Señora de la Soledad y la del Santísimo Cristo de la Expiración antes del año 1561. Posteriormente se creó la Cofradía del Santo Entierro en 1636 y a continuación la Cofradía de Cristo Resucitado antes de 1669. Dada su raíz histórica, nuestra Semana Santa es de semejante antigüedad, esplendor y devoción de las de capitales andaluzas como Sevilla, Córdoba o Málaga.
La Villa de Sabiote está influida por la riqueza cultural cofrade de toda España. Gracias a los hombres y mujeres de este municipio se ha mantenido la huella indeleble del amor cofrade.

Fiestas en Honor a San Gines de la Jara, patrón de la localidad.
De los primeros privilegios otorgados por Fernando III el Santo, en el Fuero de Cuenca del siglo XIII a la “Muy Leal Villa” de Sabiote, fue el de la concesión de las Ferias que habrían de celebrarse con arreglo a las bases y fecha por él fijada. El documento dice así:

“…Otorgo además Ferias que comiencen ocho días antes de la Fiesta de Pentecostés y duren hasta ocho días después de la misma fiesta y todo aquél que a estas Ferias viniese, ya sea mozo, ya viejo, ya moro, ya cristiano, ya judío, venga según quiere, y si alguno empeorase o enturbio hiciere, peche mil maravedíes y el daño que hiciere lo peche doblado y si no tuviese de qué pechar sea ajusticiado. Y si matare, métasele en el nicho con el muerto, y todo aquél que a hombre hiriere en las Ferias córtesele la mano y aquél que alguna cosa robare peche al señor mil maravedíes, y si no tuviese de qué pechar sea ajusticiado, y el que pegare sea también ajusticiado”.

Hasta aquí con toda su belleza lingüística el otorgamiento por el cual nuestro pueblo comenzó a celebrar sus Ferias y la mano justa de un Rey que con la misma mano que daba privilegios descargaba justicia. No sabemos hasta cuándo se celebraron las Ferias por Pentecostés. Afirmamos que la celebración de nuestras Ferias de Agosto comenzaron al ser reconocido por el pueblo a San Ginés como Patrono y Protector. Existen documentos que constatan que en 1635 las fiestas se celebraban ya en honor a este Patrón. Entre 1886 y 1888 las Ferias se celebraron los días 2, 3 y 4 de septiembre, desconociéndose el motivo. Desde 1889 hasta la actualidad, las Ferias y Fiestas de la localidad se han vuelto a celebrar en honor a San Ginés de la Jara, celebrándose entre el 22 y el 26 de agosto. El día 25 de agosto, el día del patrón, tiene lugar la solemne fiesta religiosa en su honor. Por la tarde se procesiona la imagen de San Ginés desde la Iglesia de San Pedro Apóstol hasta la Ermita que lleva su nombre. Al finalizar tiene lugar la tradicional subasta de las roscas. Después se quema una bonita colección de fuegos artificiales. Destaca la despedida de Gigantes y Cabezudos de las fiestas y a las 12 de la noche tiene lugar un espectáculo piro-musical en la Plaza del Castillo.


La Carrera de Caballos: Con ocasión de las Fiestas de la Virgen de la Estrella se desarrollan carreras de caballos enjaezados al estilo de la Edad Media como ofrenda a la Virgen. De nuestras múltiples tradiciones quizás sea ésta la más arraigada y bella, ya que son únicas, al igual que los atalajes de las yeguas. Con motivo de esta fiesta se nombra una simpática comisión compuesta por el “Comisario”, su hermano mayor o su tío y el padrino de las carreras, para hacer el “Convite” de las yeguas, que consiste en visitar a los dueños del ganado caballar y rogarle, en nombre de Santa María de la Estrella, que asistan a la competición.

Hogueras de San Anton: se celebra cada 17 de enero desde tiempo inmemorial. Hace unos cuarenta años era tradicional soltar varios cerdos por las calles para, una vez cebados por los vecinos, subastarlos y con su importe ayudar a los gastos.
En la actualidad este día comienza con una fiesta religiosa, a la que asisten agricultores, ganaderos, artesanos y el Hermano Mayor. Al finalizar la misma comienza la procesión de este santo por las distintas calles de la localidad. Acabada la procesión el Hermano Mayor ofrece un fugaz refrigerio a los asistentes. Por la tarde se celebran las tradicionales hogueras de San Antón, en las que se fuman los cigarrillos de matalahúga, y se comen rosetas y tueste de garbanzos.

Virgen de la Estrella: El mes de mayo Sabiote se viste de fiestas, comenzando el 1 de mayo, que tienen lugar las fiestas de la Virgen de la Estrella, Patrona de Sabiote, advocación que se comparte con Navas de San Juan en una curiosa pugna histórica. La noche del 30 de abril, a eso de las doce de la noche, la Virgen es expuesta y mecida, mezclándose entre los fieles, en la puerta de Santa María de la Estrella, donde al compás de la música se cantan los mayos y la numerosa concurrencia vitorea a nuestra Patrona. Al finalizar se queman fuegos artificiales. La madrugada del primero de mayo Nuestra Señora es procesionada por las calles de la Villa (por diferente recorrido cada año), y en Rosario de la Aurora es trasladada hasta la ermita de San Ginés, donde se celebra la Eucaristía, se cantan los mayos y se ofrece a los fieles la tradicional caridad de pan de aceite, habas verdes y vino.

Virgen de la Cabeza: Sabiote siempre ha tenido gran devoción a la Virgen de la Cabeza. La Cofradía de Sabiote es una de las más antiguas de las que asisten a la Romería.
Respecto a la construcción de la casa, se sabe que desde 1898 a 1900 los hermanos de esta Cofradía recaudaron fondos para su construcción. En el año 1944 se trasladó la imagen a la ermita del Santo.

La Candelaria: Esta fiesta comienza con la tradicional bendición de los “roscos de la caridad”, a la que asisten todos los niños de la localidad. Las madres preparan cestas de mimbre engalanadas con lazos de raso y ramos de romero en la que introducen estos roscos, hoy día con sabor a matalahúga y decorados con confites de colores. Los niños con las cestas en alto esperan que el agua bendita llegue a la suya.
Por la tarde, antes de comenzar la fiesta de las candelas, el “Comisario” de Santa María de la Estrella saliente sube la escalinata del altar mayor y hace entrega del Estandarte con vítores a la Virgen. Finalizada la fiesta, el nuevo “Comisario” se hace cargo del mismo sucediéndose los vítores a nuestra Patrona.
Seguidamente la “Mayordoma” de la Real Cofradía de Nuestra Sra. de la Cabeza recoge su gallardete.

San Isidro Labrador: El 15 de mayo se celebra San Isidro Labrador, patrón de los agricultores. Esta festividad es característica porque en procesión, junto al Santo, se exhibe el potencial de maquinaria agrícola del municipio, los últimos avances en maquinaria relativa al olivar y más de cincuenta carrozas que evocan tiempos pasados. Acabada la procesión tiene lugar un concierto de grupos rocieros hasta altas horas de la noche, acompañado de una copa de vino español.Santa Rita: El 22 de mayo es la festividad de Santa Rita. Sabiote es un pueblo muy dado a romerías y fiestas religiosas y ésta es una de ellas, aunque la ermita de esta santa se encuentra dentro de la jurisdicción de la ciudad limítrofe de Villacarrillo.
Este día la Villa se deleita al eco de alegres pasacalles que son plegaria para el Cielo. Muchos romeros, en cumplimiento de viejas promesas, hacen el viaje a pie hasta esta ermita, siendo despedidos y luego recibidos en la Puerta de la Canal.
El resto de romeros van directamente a la colonia de Herrera (en el término de Villacarrillo), donde, al terminar los actos religiosos, bailan y se animan en la explanada de la puerta de la ermita al compás de la música de actualidad.


Corpus Christi: Dicha festividad es de vital importancia en la localidad. Los vecinos por cuyas casas pasa la procesión del Corpus Christi, adornan fachadas y aceras con macetas. Se realizan paradas, en las que se alzan altares con imágenes y candelabros, y el clero luce sus mejores ornamentos.

Fiestas del Medievo: Estas fiestas que se llevan celebrando durante los ultimos cinco años se desarrollan durante el primer fin de semana del mes de mayo y en las cuales se recrea la llegada de Isabel, Reina de Castilla, en una de las paradas que realizó en Sabiote para pernoctar, y donde los Sabioteños hicieron alarde de su gran hospitalidad, cuando se dirigía junto con sus caballeros, a la ciudad de Baza. Esta recreación es la responsable de la apertura de la Fiestas año tras año, donde los sabioteños reciben a la Reina y a sus Cabelleros, cabalgando por las calles de la Villa, asi como la festividad de la Virgen de la Estrella.
Durante estos días se disfrutan de las viandas en tabernas y mercados repartidos por el barrio del Albaicín preparados para la ocasión, donde se degusta la magnífica gastronomía de la zona. Además, existen espacios dedicados a la artesanía, donde se puede adquirir recuerdos, dulces y un largo etcétera, para perpetuar nuestra visita a esta Villa Medieval. Todo recreado con mucho encanto por los vecinos de esta pequeña localidad, que durante todo el año preparan con ilusión la llegada de estas fiestas, hacen que de verdad, nos sintamos como en la época medieval.
Las bandas de música serán las encargadas de amenizar las distintas jornadas con ritmos medievales. Al son de la música los distintos grupos de baile, incansables, realizarán actos a diferentes horas. También se contará con la presencia de trovadores, que crearán imágenes de lo que algún día sucedió en este lugar con tanto encanto.
Sin olvidar que son unas fiestas patronales en honor a la Virgen de la Estrella, cabe destacar lo diferente de esta procesión. Ya que la patrona de la localidad es acompañada por una Comitiva Medieval, por las calles de la Villa. Cada colectivo va ataviado con el vestir que les caracteriza y estarán presididos por el estandarte que los acredita. Se trata de una de las procesiones más distintas y amenas de la provincia, consiguiendo que el espectador goce con el momento.
Pero sin duda si existe un momento digno de mencionar, es la Clausura de las Fiestas del Medievo. Se trata de una recreación realizada por cientos de lugareños de la Batalla de la Serna; en un lugar sin igual como es la falda del Castillo de Sabiote. En dicha Batalla, el pueblo de Sabiote luchó y venció épicamente en nombre de la Reina Isabel de Castilla, frente a Juana “La Beltraneja”.

Miles de personas se reúnen para no perderse detalle de la contienda entre estos dos frentes.










 










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