PORTUGOS (Granada)

 



PORTUGOS

Pórtugos es una localidad perteneciente a la provincia de Granada dentro de la comunidad autónoma de Andalucía. Está situada en la parte central de la comarca de la Alpujarra Granadina y limita con los municipios de Trevélez, Busquístar, La Taha, Capileira y Almegíjar (por un pequeño enclave). Gran parte de su término municipal se encuentra en el parque nacional de Sierra Nevada y en el Sitio Histórico de la Alpujarra. Es, además, el arranque de la Ruta Medieval de la Alpujarra y cuenta con una población de poco mas de 380 habitantes. En el corazón de la Alpujarra granadina, comarca única en el solar peninsular, escalón natural entre la costa mediterránea y Sierra Nevada, donde se alzan los picos más altos del territorio español, es un lugar a visitar en la ruta alpujarreña.
En la carretera que une Pitres con Trevélez, goza de la caracterí­stica esencial que define la imagen de los pueblos alpujarreños: una arquitectura singular en sus viviendas, perfectamente adaptadas a lo quebrado del terreno y a la climatologí­a de la zona, que se ordenan en estrechas calles donde perdura la memoria de su pasado morisco. Enclavado en la alta montaña, encontramos en su término además de parajes desde donde se divisan magní­ficas panorámicas, nacimientos de aguas ferruginosas, como el de Fuente Agria y parajes como el Chorreón de Pórtugos.
Portugos es un pueblo con mucho encanto en plena alpujarra, un lugar de contrastes donde la blancura de las casas aparece salpicada de colores por las floridas macetas que adornan balcones, terrazas y fachadas. Un sitio con mucha historia, tinaos, bancales y empinadas calles de piedra. Sinn duda un pueblo de gran belleza.
Fue Portugos donde se inicio el Turismo Rural en la Alpujarra de Granada; donde familias enteras pasaban los veranos "tomando las aguas", respirando los aires de la sierra, que curan enfermedades. La magia de las fuentes, de los castaños centenarios, se funden a la entrada de la poblacion en una fuente magica que mana agua de la sierra desde esculturas hermosas. Ya en Portugos, recorre sus calles con la curiosidad de un niño, disfruta de cada rincon, de cada plazuela, de cada tinao, de cada fuente y mirador. Disfruta de las flores, siempre flores, con ese tono especial que solo da el agua y la luz de tierras altas y el cariño de la gente del pueblo.



El municipio seguramente sea de origen romano; al menos así lo acredita su origen etimológico. Pórtugos, procedería del latín, Portus, entendido como «puerto», o «lugar de paso». No obstante de esta época no quedan restos. Fue durante el período musulmán, cuando la comarca y especialmente Pórtugos se desarrolló. La actual estructura de regadío, con un sistema de «acequias de careo» en la sierra, que filtran el agua por todo el monte para que luego mane en fuentes; un territorio con mucho desnivel, que se ha tenido que adaptar al cultivo, construyendo terrazas; así como la estructura en barrios del municipio, es una herencia plenamente musulmana. En el siglo XVI el pueblo estaba dividido en dos núcleos de población, Pórtugos propiamente dicho, y Lauxar o El Lauxar, seguramente un barrio separado, pero cercano al pueblo.
La guerra de rebelión de los moriscos (1568-1572) tuvo su particular incidencia en este municipio, donde se desarrollaron varios episodios de esta guerra como la muerte de Aben Xahuar uno de los cabecillas de la rebelión. El cronista de la guerra Luis del Mármol relata los sucesos que ocurrieron en dicho lugar y los tormentos que sufrieron los llamados mártires de La Alpujarra y al fin hace recuento: «Murieron en este lugar veinte y ocho cristianos entre clérigos y legos, y dos niños de edad de tres años, ó poco mas».
Tras la guerra de la Alpujarra, los moriscos del Reino de Granada fueron expulsados, con lo que sus tierras quedaron despobladas. Por ello el rey Felipe II organizó una repoblación general de todo el reino. El lugar de Pórtugos fue repoblado con 72 vecinos contando con un beneficiado y un sacristán.
Hasta el siglo XVIII no volvemos a tener noticias de Pórtugos en las crónicas. Concretamente con la elaboración del Catastro del Marqués de le Ensenada aparece el primer mapa del pueblo. A partir de esa época, comienzan a llegar viajeros extranjeros, que atrapados por el espíritu de la ilustración, del racionalismo y de la vuelta a la naturaleza. Son muchos los visitantes que hablan de la Fuente Agria y de sus virtudes minero-medicinales. Situación que se ha venido continuando hasta hoy. En la actualidad siguen siendo muchos los visitantes que paran a admirar las virtudes.



Pórtugos es un pequeño y encantador municipio donde su ubicación privilegiada y su rica herencia cultural lo convierten en un destino atractivo para quienes buscan una experiencia auténtica en la región. Pórtugos está rodeado por un paisaje natural impresionante, con montañas, valles y una rica biodiversidad. El municipio forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada, lo que ofrece diversas actividades al aire libre. Los senderos que rodean Pórtugos son ideales para el senderismo y permiten explorar la belleza de la Alpujarra. Uno de los lugares más emblemáticos es el Barranco de Poqueira, donde se pueden realizar rutas que conectan con los pueblos vecinos como Pampaneira y Bubión. Estas rutas ofrecen vistas espectaculares del paisaje montañoso y son perfectas para los amantes de la naturaleza.
En conclusión, Pórtugos es un destino que combina una rica historia, belleza natural impresionante y tradiciones vivas. Este encantador pueblo granadino ofrece una experiencia única para aquellos que buscan sumergirse en la cultura andaluza mientras disfrutan del esplendor natural que lo rodea.


La herencia musulmana está aún muy presente en las formas constructivas populares de Pórtugos, constituyendo el principal patrimonio monumental del municipio, además de otros elementos de carácter religioso. Las viviendas de Pórtugos, principalmente, las de la parte más antigua situada en el barrio de Churriana, se caracterizan por presentar una tipología alpujarreña con muchos siglos de historia. Son edificaciones de varias plantas donde la colocación de las crujías paralelas o perpendiculares a fachada, viene condicionada por la ubicación de la parcela en la trama urbana. Las antiguas casas están provistas de cuadra, leñera, granero, cocina, comedor y dormitorios, principalmente. Algunas dependencias de estas casas centenarias se han suprimido. Antiguamente no existían aseos en las viviendas, utilizándose el corral como espacio de servicio.
La carpintería de las antiguas casas de Pórtugos suele ser de madera de castaño. Algunas puertas suelen estar partidas horizontalmente, manteniéndose durante el día normalmente abierta la parte de arriba y cerrada la de abajo, lo que posibilita ventilación y control del acceso de pequeños animales a la vivienda. Los balcones suelen ser de proporción rectangular, aunque existen varios modelos, que le dan a la calle cierta variedad formal: balcones sin voladizo, sobre la calle, y enrasados con un paramento de fachada; todos ellos tienen la típica carpintería de castaño, con postigos. Las barandillas suelen ser suelen ser bastantes variadas, siendo las más comunes, las realizadas a base de herrería vertical. En Pórtugos se trabaja muy bien el hierro y la chapa a la entrada del pueblo.


En cuanto a los porches; existen de dos tipos; aquellos que constituyen un hueco arrebatado a la casa, el cual es el concepto más clásico de porche y los que además de servir de anexo a las viviendas se usan de calle de paso y tras el techo del mismo reposa parte de la casa. Las chimeneas constituyen unas formas muy importantes en el ambiente urbano generado por las casas. Suelen ser altas para superar las cotas razonables, debido a las pendientes. Quizás sea la chimenea el elemento arquitectónico que se muestra con menor pudor obedeciendo exclusivamente a criterios funcionales: cilindro de obra, salida de humo mediante tabiquillos de ladrillo que sostiene la tapadera.
Interiormente las antiguas viviendas de Pórtugos se caracterizan por ser una arquitectura blanca; tanto las paredes como el techo (rollizo de madera, ripias de laja de pizarra) se blanquean periódicamente, de tal forma que las sucesivas capas de cal configuran una textura blanda muy agradable a la vista. Los suelos antiguamente estaban formados por lajas de pizarra y tierra. Las recientes construcciones intentan imitar la tipología de las viviendas tradicionales. En Pórtugos se respeta también los tinaos y terraos de las casas.
Por sus condiciones geográficas e históricas, Pórtugos es un filón cultural ramificado en vetas de gran pureza en el más amplio sentido antropológico. En la zona más antigua las casas están pegadas, 'apretujadas' las unas a las otras, en algunos casos, sin guardar alineación. Entre cada conjunto de ellas aparecen calles y plazoletas de trazado irregular separando los barrios. Las calles son blanqueadas con cal y 'azulete' sin que predomine la tonalidad azul. Las paredes de las antiguas viviendas son de un grosor de 60 a 80 centímetros, incluso las interiores, pues todas sirven para sujetar los techos planos denominados terraos. El terrao es también parte aprovechada de la casa: se utiliza para secar y almacenar algunos productos agrícolas y para hacer en él parte de la vida. Aunque algunas casas sean pequeñas en ellas siempre se alberga todo lo necesario para el trabajo del campesino.






Desde el punto de vista arquitectónico y urbanístico, la disposición espacial, la localización y la configuración formal del nucleo urbano está fuertemente condicionado por dos rasgos intrínsecos al territorio: las características topográficas del área y el sistema de explotación de sus recursos. Así, la necesidad de adaptarse a una orografía de alta montaña, encajada entre las alineaciones de la Sierra de la Contraviesa y de Sierra Nevada, que dificulta los desplazamientos y propicia el cultivo en minifundios, ha generado pequeños núcleos urbanos, próximos entre sí y a las tierras de cultivo . Aunque existen noticias de pobladores anteriores, la estructura actual de la trama urbana se configuró a partir del asentamiento en la comarca de los moriscos expulsados de Granada en el siglo XV. Éstos implantaron un sistema urbano que es un reflejo de su concepción intimista del mundo, en la que lo social pierde cierta importancia frente a lo familiar. La zona urbanizada sigue un esquema de crecimiento orgánico, que se adapta a la topografía, basado en la repetición de la célula-vivienda, donde el espacio público se privatiza, aparece la sectorización en barrios y su escala se reduce. Posteriormente, los repobladores cristianos (siglo XVI) mantuvieron el esquema precedente. Es importante destacar la prolongación en el tiempo de este proceso de crecimiento, que ha generado estructuras urbanas y compositivas muy complejas, con evidente valor plástico y que no responden a ningún esquema o planeamiento previo. Esta irregularidad constituye una de las constantes arquitectónicas de más valor del ámbito descrito.
El tejido urbano se caracteriza por el alto grado de ocupación de las manzanas, por no existir prácticamente patios, por el trazado irregular de su trama condicionado por la topografía, y por la estructura de la propiedad cuyo borde sigue. La continuidad entre la zona urbana y la agrícola se refleja en las paratas, estructuras de contención de las huertas que, dispuestas en terrazas, conforman los límites de las manzanas del borde. Las calles, generalmente de pequeñas dimensiones, se desarrollan principalmente en paralelo a las curvas de nivel, suavizando las pendientes que ascienden zigzagueando por la ladera, lo que favorece la disposición aterrazada de la edificación. Las conexiones transversales se minimizan y se resuelven mediante vías que salvan las fuertes pendientes con rampas y escaleras. La calle es entendida como un espacio de relación e intercambio, incluso como una prolongación de las viviendas. Este rasgo cultural incide en la morfología de los núcleos, siendo el origen de los "tinaos" y zaguanes, espacios anejos a las viviendas cubiertos por el vuelo de la edificación. En ellos, los límites de lo público y de lo privado se desdibujan, creando secuencias urbanas de gran riqueza espacial. En dichos espacios se desarrollaban los procesos de almacenamiento y transformación de productos agrícolas, los cuales, al tiempo que favorecían las relaciones vecinales, protegían de las inclemencias climáticas, convirtiéndose en destacados indicadores del grado de adaptación al medio de este urbanismo, así como en una de las tipologías arquitectónicas de mayor interés.
Los principales espacios públicos surgen en torno a los edificios institucionales (Ayuntamiento, iglesia o escuelas) y son el escenario donde se desarrolla la vida pública y se convierten, junto a lavaderos y fuentes, en los principales ámbitos de sociabilidad y espacios que propician la convivencia vecinal. Las plazas se conforman como espacios reducidos e irregulares, fruto generalmente de un ensanchamiento de la trama. En algunos casos presentan distintos planos, definidos por muros unidos entre sí por rampas y escaleras, que reproducen de algún modo el sistema de cultivo en paratas. En este sentido, es importante destacar la incidencia del sistema tradicional de gestión y uso del agua en la forma de la ciudad y en la configuración del espacio público: lavaderos, acequias, fuentes, pilares-abrevaderos y albercas son elementos arquitectónicos destacados, capaces de singularizar y caracterizar estos espacios. La implantación en el territorio, la agrupación de unidades, dado que la trama urbana presenta una estructura aditiva y escalonada de las edificaciones, y las formas de humanización del paisaje, como la disposición abancalada de las tierras de cultivo formando terrazas a lo largo de las laderas, constituyen los principales valores de la arquitectura alpujarreña.





Todos los pueblos crecen alrededor del agua, bien sea de un nacimiento o de un arroyo. El agua significa riqueza, un recurso indispensable y sumamente apreciado en la zona. Los moriscos dejaron el legado de la cultura del agua, poblaron la Alpujarra y fueron capaces de adaptarse perfectamente al entorno montañoso y al manejo de ésta. Supieron aprovechar y gestionar con efectividad los inestables recursos hídricos y dejaron testimonio de ello con sus numerosas acequias y albercas que perduran hasta hoy en día. Prueba de ello lo podemos contemplar en las numerosas fuentes y lavaderos que podemos visitar en el municipio como La Fuente Churriana y su lavadero, la Fuente de la Noguera o el Paraje de la Fuente Agria.

La Fuente Churriana y su lavadero se encuentran en una pequeña plaza en el barrio del mismo nombre y una de las mas antiguas del pueblo. Todo el pavimento se halla encalado recubriendo una ladera rocosa por donde manaban las aguas, procedentes de Sierra Nevada. El conjunto se completa con un abrevadero y un bello lavadero cubierto aprovechando el abrigo natural de la roca. Su agua se ha empleado para el abastecimiento urbano, ganadero y agrícola. En tiempos pasados, este sitio se convirtió en un punto de encuentro social, donde las mujeres venían a abastecerse de agua o lavar la ropa, mientras que los hombres llegaban para dar de beber a sus animales. Aquí, entre charlas y quehaceres, se entablaron conversaciones que dieron lugar a más de un romance. La placeta está presidida por una gran cruz en honor a los vecinos caídos en la Guerra Civil. El conjunto es monumental; sobre una ladera rocosa de pizarra, con barandillas de madera y columnas de mampostería decoradas con macetas cerámicas y una fuente con tres caños de la que mana el agua permanentemente.



La Fuente de la Noguera está situada en la entrada al casco urbano a la derecha. La fuente se abastece de un nacimiento en la sierra de Pórtugos y tiene cuatro caños, uno más que la fuente original. Cuenta con un lavadero con doce refregaderos y un abrevadero para los animales. Se trata de un espacio social donde las mujeres acudían a abastecerse de agua, a lavar la ropa, y por supuesto como «mentidero».



Pero no son sus fachadas y sus macetas lo que da fama al pueblo, sino las aguas ferruginosas de la Fuente Agria. El manantial se halla a las afueras de Pórtugos, en medio de un bello paraje. Una preciosa cascada teñida de rojo por las aguas ricas en hierro ha excavado en la roca, con el paso de los siglos, una profunda cavidad circular cubierta por árboles centenarios y popularmente conocida como El Chorreón.
El paraje natural de Fuente Agria es quizás el elemento natural más significativo de Pórtugos y de buena parte de la Alpujarra. Este popular manantial de aguas ferruginosas está situado apenas a un par de kilómetros del pueblo, en dirección a Trevélez, en un atractivo paraje rodeado de castaños centenarios junto a la Ermita de la Virgen de las Angustias. Está formada por 7 caños de agua. Muy conocida desde la época de los árabes, sus aguas son de mineralización débil y temperatura media, compuestas principalmente por hierro y gas carbónico, lo que le da su peculiar sabor picante y a herrumbre. Se le atribuyen grandes beneficios medicinales para tratar la anemia y otras enfermedades del riñón e hígado. La forma en que se presenta el hierro es fácil de asimilar por el organismo y no produce apenas efectos secundarios. Para ello, es necesario tomarla directamente de la fuente, porque si se envasa, pierde parte de sus propiedades. Las propiedades minero-medicinales de las aguas de Fuente Agria son conocidas desde tiempos inmemoriales.
Aunque hay referencias escritas desde la época árabe, los textos más detallados provienen del siglo XVII. En 1697, Limón Montero destacó las virtudes curativas de estas aguas, mencionando sus beneficios para diversas enfermedades. Durante la época árabe, la Fuente Agria de Granada ya era reconocida por sus propiedades. Sin embargo, fue en el siglo XVII cuando se consolidó su fama. Pascual Madoz, en su Diccionario, describió el agua como clara y transparente, con un sabor picante y ferruginoso que se pierde al hervir.
Fuente Agria es un manantial de agua ferruginosa, es decir de agua que contiene hierro. Ello se debe a que en su curso el agua pasa por una zona donde abundan rocas de hierro, impregnándose el agua con dicho mineral. El agua tiene un sabor fuerte, pero agradable y especialmente saludable. Una de las características más acentuadas de dicha fuente es que va tiñendo de colores anaranjados y rojizos todo el lecho del agua. El manantial de agua que da nombre a este paraje natural se encuentra a la izquierda de la Ermita de la Virgen de las Angustias.



La Cascada de Fuente Agria se encuentra en el lado opuesto de la ermita. Cruzando la carretera y el Área Recreativa de Fuente Agria encontrarás unas escaleras que descienden hasta el salto de agua. Ante tus ojos encontrarás uno de los rincones con más encanto de la Alpujarra, la Chorrera de Fuente Agria. Un espacio con abundante vegetación y humedad, en la sombría de un estrechamiento con una cascada de varios metros de altura y de color naranja, por la composición del agua que transita por ella. Las paredes de la concavidad de ‘El Chorrerón’ son gigantescas. Los regueros son ocres y rojizos. La cascada está escoltada de yedras, helechos, musgos y otras plantas. Se puede bajar por una escalera de piedra para contemplar desde abajo este paradisiaco lugar. Junto a la carretera existe un quiosco muy bien atendido para descansar y retomar fuerzas. Los castaños que existen a su alrededor son centenarios. También suelen acudir a este lugar, artesanos y cosecheros de frutas ecológicas para venderlas en sus pintorescos puestecillos desmontables. El Chorrerón no es solo un espectáculo para la vista; es una cápsula del tiempo que nos permite explorar las capas de historia geológica, cultural y humana que han moldeado la Alpujarra.



Dentro del patrimonio religioso que posee la localidad podemos visitar el Ermita de la Virgen de las Angustias junto al Paraje de la Fuente Agria y la Iglesia de la Encarnacion situada junto a la Plaza Nueva.
Las crónicas hablan de que ya en el siglo XVIII existía una ermita de la Virgen de las Angustias junto a la Fuente Agria. Se reedificó en la década de 1970 de donde toma su aspecto actual. De construcción muy sencilla tiene planta rectangular sobre la que descansa un tejado de forma triangular realizado con tejas anaranjadas donde destaca por su sobriedad. Presenta una portada de arco de medio punto con una estatua de la Virgen en cerámica. Se encuentra rodeada de castaños centenarios y con el manantial a sus pies. 



La Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnacion se construyó a mediados del siglo XX sobre los cimientos de la antigua iglesia parroquial que databa del XVI de planta rectangular y tres naves, capilla mayor y torre-campanario adosada a la capilla mayor. La torre al igual que el resto del inmueble se inspira en el estilo mudéjar, consta de cuatro cuerpos; el cuerpo de campanas queda definido por una fina cornisa de ladrillo, presenta vanos arqueados que alternan entre simples y dobles en las distintas caras, las albanegas se decoran con azulejos de tipo sevillano, el remate de este cuerpo también se decora con azulejería.. De estilo neobarroco en su interior y neomudéjar en su exterior, ha sufrido una profunda transformación en 2000 debido al mal estado de su estructura. Se reforzó el exterior y se reconstruyó una torre, inspirada en las iglesias mudéjares del barrio del Albaicín de Granada.
La parroquial de Pórtugos pertenece a ese grupo de iglesias alpujarreñas construidas tras la Conquista a lo largo del siglo XVI, que no han soportado los diferentes conflictos bélicos de que fue escenario la zona. La iglesia de Pórtugos comenzó su proceso de ruina casi desde el momento de su construcción. La iglesia mudéjar original se construyó entre los años 1565 y 1568. En este momento se realizan las compras de material para su construcción y se paga a los maestros que intervienen: Cristóbal y Martín Cañabate, carpinteros; Diego López, albañil; Gabriel Gozón hizo los herrajes; Alonso Hernández, alfarero, se ocupó de los azulejos, olambres y aliceres. En la Rebelión de los moriscos es incendiada y sobre todo la torre sufre un gran deterioro. En 1584 comienza su reparación que se prolonga una década. A partir de aquí se suceden las reparaciones llegando su peor momento de conservación en 1634 cuando incluso se paraliza una reparación por temerse el derrumbe de todo el inmueble. El deterioro fue en aumento y nunca se hizo una restauración profunda lo que condujo en 1967 a una reconstrucción total del inmueble sobre los cimientos del antiguo. De la antigua iglesia se sabe que en 1754 tenía una amplia nave de 33 varas por 10 de ancho, y otra nave lateral construida en fechas posteriores. La nave se cubría con armadura. Presentaba características similares al resto de iglesias alpujarreñas. La torre de la iglesia de Pórtugos constituye un relevante hito visual y referencial ya que funciona como elemento-guía en el territorio. Por otra parte, es depositaria de significados relacionados con la identidad histórica de las Alpujarras, el orden socio-político impuesto por los cristianos tras la Reconquista salpicó el territorio de elementos de identificación inmediata con la religión cristiana, es decir, las torres campanario de sus parroquias.


Portugos, en su propio entorno urbano conserva elementos tradicionales importantes como las Eras. Estas son lugares preparados para la realización de la faenas agrícolas, especialmente la trilla. Normalmente son superficies circulares, empedradas con lajas de pizarra que abunda en la zona. Suelen estar situadas en zonas donde corre viento (la marea), para que gracias a él se pueda separar más fácilmente el grano de la paja. Las más significativas son la era de Arriba, que es donde se celebra la Fiesta de la Parva, y la era Cruz de piedra, que se encuentra enclavada en un lugar priviligiado, con unas vista hacia la Contraviesa, Sierra Lujar, y los dias claros se ve el Mar Mediterraneo, parte de la Cuenca del Río Trevélez y la Taha de Pitres.


Como en tantos otros pueblos en Pórtugos ha existido siempre un camino que llevaba desde la iglesia hasta un altozano, rememorando el viacrucis de Jesúcristo. En el caso de Pórtugos, el camino empezaba en la iglesia, recorría buena parte del pueblo y terminada en el llamado »Calvario», un paraje singular que hoy sirve de mirador de Pórtugos, y que da comienzo a un camino real que nos lleva hacia Pitres. En este lugar existe una cruz de piedra que pretende conmemorar el Calvario. Aunque la actual cruz es muy reciente, todavía se conserva en la Iglesia Parroquial, la base de otra anterior, probablemente de estilo barroco a juzgar por el único resto que de ella ha quedado. Hay también una fuente de agua potable que cae a un abrevadero para saciar la sed de personas y animales. 



Otros lugares de interes que podemos visitar en la localidad son: La Placeta de los Deseos, El Columpio, el Mirador y Casa de las Chimeneas, la Fuente de los Castaños y el Logo de Portugos.
La placeta ha sido una de las últimas incorporaciones que Pórtugos ha añadido en su municipio como reclamo turístico y Fue inaugurada el verano del 2023.
La plaza está presidida por una fuente con una rana bajo la que hay un cartel que dice «Si pareja quieres tener de la rana de Pórtugos deberás de beber». Tiene también una pequeña casita alpujarreña en el lado derecho, un gran tronco de castaño centenario del que brota el agua que cae de flor en flor y una antigua tinaja de barro.


Desde el camino de Trevelez parte un sendero iluminado con farolas que nos lleva a un lugar desde donde contemplar unas magnificas vistas encima de un columpio que nos lleva a la infancia. Se trata de una estructura de madera de la que cuelga un columpio metalico de forma redonda. Es un lugar pintoresco que brinda espectaculares vistas de Pórtugos y las sierras de alrededor mientras te balanceas.


El Mirador de la Casa de las Chimeneas se ubica en el antiguo camino de Pitres y ha sido construido por el célebre escultor José Vera, autor de obras como «Las Brujas de Soportújar». El mirador representa una vivienda típica alpujarreña en el que encontramos una mecedora y varias sillas para disfrutar de las vistas y que te hara sentir que estas en un cuento.



El entorno natural donde se encuentra Portugos en pleno corazon del Parque Nacional de Sierra Nevada permite la realizacion de numerosas rutas de senderismo o parajes naturales como la Junta de los Rios, un lugar de especial belleza. En pleno Parque Ncional de Sierra Nevada, junto a una cascada de impresión en el llamado »Tajo Cortes», rodeado de un pinar exuberante, y con unas formidables vistas de toda la comarca, el Merendero de Pórtugos es un espacio ideado para el disfrute de la naturaleza. Preparado para la acampada, con una fuente natural, lugares acondicionados, el merendero es un espacio adecuado para pasar un buen día en la naturaleza.


GASTRONOMIA:

La gastronomía de Pórtugos es un reflejo de la rica tradición agrícola de la región. Los platos típicos incluyen guisos elaborados con productos locales frescos. Las recetas culinarias en el municipio de Pórtugos se basan en los productos agrícolas y ganaderos de la zona. Destaca la Olla de Parva, elaborada con garbanzos, judías verdes, tocino, morcilla y patatas Además, los dulces tradicionales como los soplillos y los roscos son muy apreciados por los visitantes. Durante las festividades locales, es común degustar platos típicos que resaltan la cultura gastronómica del pueblo. La celebración de San Juan es especialmente significativa, donde se organizan actividades culturales y gastronómicas que atraen tanto a locales como a turistas.


FIESTAS:

En Pórtugos se celebran a los largo del año muchas fiestas, la mayoría de ellas son de tipo religioso, pero también de carácter cultural y recuperación de tradiciones. Una de esas tradiciones es el nombramiento de Mayordomos. Se trata de un grupo de voluntarios encargados de pedir los donativos a los vecinos del pueblo, hacer rifas, bingos y todo tipo de actividades para conseguir dinero y celebrar las fiestas.

También cuentan con la colaboración del ayuntamiento.
En enero se celebra la Fiesta en Honor al Patrón San Sebastián.
En abril o mayo tiene lugar la Semana Santa.
En junio se celebra el Corpus Cristi.
La primera semana de agosto es la Semana Cultural y La Fiesta de La Parva.
En el mes de octubre es la fiesta en honor a la patrona Virgen del Rosario.
Durante el mes de diciembre se celebra la matanza del cerdo.






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