BENAOJAN (Malaga)

 



BENAOJAN



Benaoján es un municipio de la provincia de Málaga dentro de la comunidad de Andalucia y está integrado en la comarca de la Serranía de Ronda formando parte del Parque Natural de la Sierra de Grazalema. El municipio presenta dos núcleos de población: Benaoján y la Estación de Benaoján, siendo el primero el núcleo principal y sumando entre los dos 1.543 habitantes. Su relieve es muy accidentado destacando los cerros kársticos en los que se encuentran dos formaciones geológicas de gran importancia: el sistema hundidero-Gato y Cueva de la Pileta, de gran importancia por sus pinturas prehistóricas que datan del Paleolítico superior, motivo por el que ha sido declarada Monumento Nacional de Arte Rupestre. Así mismo, existen otras cavidades de mayor o menor importancia repartidas por el término municipal. Accidentado por las sierras de Líbar y Montalate y avenado por el río Guadiaro, destacan sus encinares y pastos, cultivos de secano mediterráneos y ganadería lanar. Ademas guarda la esencia de pueblo trazado árabe, de calles estrechas y casas encaladas, donde sobresale como edificio más significado la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, y en su entorno se deja notar la presencia de la industria chacinera que le ha dado merecida fama.
La orografía de Benaoján es bastante accidentada, en la que resalta el fuerte contraste entre la caliza desnuda y el bosque de encinas que se une a media ladera. Las sierras acogen paisajes de gran belleza como El Pozuelo o la pequeña planicie próxima a la Cueva de la Pileta, además de lugares del valle del Guadiaro, como el Tajo de la Dehesa y las inmediaciones de la Estación de Benaoján.



Los primeros hallazgos de vida humana en el término municipal de Benaoján aparecen en la Cueva de la Pileta, habitada por el hombre desde el Paleolítico y donde se han encontrado pinturas rupestres y utensilios.
Las tierras de Benaoján fueron paso obligado, debido a su situación estratégica, para los fenicios, romanos, visigodos, árabes y cristianos. Sin embargo, el origen del nombre de Benaoján es árabe, unos lo hacen significar hijos de Oján, tribu bereber, y otros casa de panadero. Su influencia musulmana se refleja en sus estrechas y sinuosas calles, su torre vigía y sus casas blancas.
Tras la conquista cristiana de Benaoján en 1485, sus habitantes mudéjares convivieron en este territorio hasta su expulsión en 1570, tras la rebelión que llevaron a cabo. En 1571 Benaoján fue repoblado por familias cristianas de Ardales, El Saucejo, El Coronil y Morón.
El 27 de octubre de 1575, fueron nombrados los primeros pobladores de Benaoján, sesenta familias a las que se le facilitaron casas y tierras, que procedían de distintos lugares de España, como Teba, Daimiel, Cañete la Real, Osuna, Marchena, Porcuna, Antequera, Bornillo, Olvera, Villegas, Priego de Córdoba, Morón, Fregenal de la Sierra, Jerez de la Frontera, Villanueva del Fresno, Los Molares, Ardales, Berlanga, Trujillo, Fuente del Maestre, Algámitas, Zahara de la Sierra y Cabra. Alonso de Rojas el Guardi fue el único morisco que quedó como uno de los primeros pobladores y fue beneficiado con su casa y sus tierras.
La llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX, supuso un impulso para el municipio de Benaoján a la vez que la aparición de un nuevo núcleo de población alrededor de la estación de tren, conocido hoy en día como Estación de Benaoján.
En el siglo XX, la industria de transformación de productos cárnicos, especialmente embutidos derivados del cerdo, contribuyó decisivamente al crecimiento demográfico y económico del municipio.
Sus sierras, caminos y cuevas han sido utilizados como cobijo por los bandoleros durante la ocupación napoleónica, la cual no fue muy dañina para Benaoján, y por los maquis al finalizar la Guerra Civil.
Hoy en día, Benaoján encuentra un motor importante en su economía la cría del cerdo ibérico y el tratamiento de todos sus productos derivados. También tiene importancia dentro de la agricultura el cultivo del pero rondeño y de higuerales.



El municipio de Benaoján destaca más por el entorno natural que presenta que por el patrimonio cultural que alberga. Sin embargo, antes de que empieces a descubrir sus cuevas y su ambiente rural, te da la oportunidad de que aprecies dos elementos pertenecientes a las civilizaciones más representativas que han pasado por estas tierras.
En primer lugar, podrás encontrar la Torre del Moro, construida por los musulmanes para controlar el importante paso del valle del Guadiaro, además servía de refugio en caso de ataque a los habitantes de la alquería próxima conocida como Abcegina u Ocegina, del que deriva Sexima y el verdadero nombre de la torre, Torre Sexima. De esta solo queda un trozo de muro mantenido en equilibrio precario, una fina lámina de piedra cortada abruptamente, y que nos intriga sobre qué habría más allá de sus esquinas amputadas. La torre, que conserva su altura original, tuvo en origen dos plantas abovedadas, estando además rodeada de una cerca de mampostería, hoy desaparecida.


En segundo lugar podemos visitar en la Plaza de San Juan la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Construida a finales del XV y principios del XVI, aunque con importantes transformaciones en el XVIII y en la posguerra, constituye el principal atractivo del casco urbano de Benaoján.
Cuenta con una nave cubierta con armadura de madera con tirantes de lazo construida en 1941 y capilla mayor cuadrada, con bóveda de terceletes, gótica que cubre el presbiterio y el resto está cubierto de armadura de madera. La actual Capilla Sacramental tiene su origen en un tramo de la primitiva nave del Evangelio, que también determina el acceso lateral al templo mediante su singular portada en esviaje y un arco de medio punto con frontón, con hornacina donde se aloja la imagen de la virgen. La torre, sobre la nave de la Epístola, tiene dos cuerpos cuadrados y el de campanas que es achaflanado, con tejadillo a cuatro aguas.
Del patrimonio artístico originario de esta parroquia, desaparecido en 1936, sólo se ha conservado la escultura del Niño Jesús del Huerto, que pertenece al círculo malagueño del siglo XVIII y se encuentra totalmente anatomizada.



El urbanismo del pueblo denota su pasado árabe. Son calles blancas y estrechas cuya parte más antigua tienen su origen entorno a la iglesia; las techumbres son de tejas arqueadas y en muchas ventanas perduran las celosías. El núcleo tradicional o centro histórico de Benaoján se caracteriza por la presencia de pequeñas parcelas irregulares con edificaciones que se van adaptando a la topografía del ámbito. Las calles de esta zona son estrechas y quebradas y destaca la presencia de calles escalonadas en sentido transversal debido a la fuerte pendiente de las mismas.
Dentro de su intrincado urbano podemos contemplar tambien casas con portadas dieciochescas, arcos repartidos por las calles del casco antiguo, los enormes tajos adosados a las casas en la parte alta del pueblo y la Fuente del Zuque, de época árabe y reformada en el siglo XVIII.  Por este paisaje de relieves accidentados, de cerros kársticos y envalentonados, Benaoján constituye una originalidad de color blanco, donde se ha conservado la arquitectura tradicional heredada desde tiempos de la civilización andalusí.
En Benaoján el caserío es enmarañado y tortuoso, curvo y empinado como corresponde al urbanismo árabe. Uno de los mayores placeres en los pueblos desconocidos es caminarlos sin orden ni concierto, tan sólo siguiendo la intuición del viajero que acaba perdido, subiendo y bajando callejuelas estrechas y umbrías, volviendo al mismo sitio y eligiendo al final esos rincones que le harán recordar el significado de la localidad cuando ya no esté aquí.







La estratégica ubicación de Benaoján te permite disfrutar en su entorno de una amplísima variedad de deportes al aire libre y en contacto con la naturaleza. Además de las distintas Cuevas que os vamos a detallar entre sus lugares de interes naturales, tienes algunas rutas de senderismo como la Gran Senda de Málaga que en su etapa número 24 nos conduce a Ronda. Igualmente existen otros itinerarios como el que nos lleva a la Cueva de la Pileta con el Nacimiento y el Molino del Santo como principales hitos. Asimismo la ruta de la Vereda de la Dehesilla por el Camino del Río te permitirá disfrutar de una espectacular belleza natural.
Dentro del término municipal de Benaoján podrás encontrar una serie de cuevas de extraordinaria belleza y de especial importancia tanto a nivel geológico, como de cara a los primeros asentamientos del municipio.
Geológicamente la Sierra de Grazalema, junto al resto de las denominadas zonas externas de la cordillera Bética, tuvo su origen en los sedimentos calcáreos depositados en el fondo del mar de Thetys a partir del periodo jurásico. Estos sedimentos fueron elevados durante la orogenia alpina como consecuencia de la colisión de la microplaca de Alborán y la placa ibérica durante el mioceno inferior.​
A partir de su emersión el conjunto calcáreo se vio sometido a la acción erosiva de los agentes ambientales. La sierra de Líbar, en cuya vertiente oriental se encuentra La Pileta, actuó desde un principio como vía de drenaje de las aguas del cercano río Guadiaro aprovechando las aguas las grietas abiertas en la roca durante el plegamiento del cerro. De este modo la cueva va progresivamente formándose y ensanchando sus galerías desde el plioceno.
En una primera etapa la cueva permanece totalmente inundada al encontrarse por debajo del nivel del río. Progresivamente a lo largo del pleistoceno y conforme el cauce del Guadiaro forma el valle en el que hoy se encuentra van quedando galerías libres de agua mientras que se forman otras en niveles inferiores. Corresponden a esta etapa de formación de la cueva la génesis de gran parte de las estructuras estalagmíticas presentes por la filtración de agua a través de las grietas de techos y paredes y el arrastre de minerales disueltos.​
Con posterioridad a la bajada del nivel del río debió producirse un segundo fenómeno de inundación en la cueva, provocado quizás por el cierre temporal de las vías de drenaje al exterior, que ocasionaron un nuevo episodio erosivo que tuvo como consecuencia la formación de olas de erosión y el desgaste de paredes y columnas.
Tras la posterior desaparición de las aguas subterráneas el sistema de galerías queda expuesto y se abre la entrada principal por la rotura de la montaña en una falla que dará también lugar al polje Harilla situado a los pies de la ladera.



La Cueva de la Pileta es un yacimiento prehistórico con arte parietal del Paleolítico y restos neolíticos. La cueva reúne numerosas pinturas y grabados de estilo francocantábrico con representaciones de cérvidos, caballos, peces, cabras, toros, una foca, un bisonte, signos abstractos y figuras indeterminadas. Se trata de un importante conjunto que aporta interesantes datos sobre la expansión del arte paleolítico fuera de sus áreas clásicas de desarrollo los años son entre 7000 y 4500. Asimismo se han hallado también figuras negras esquemáticas del Eneolítico y restos materiales neolíticos (cerámica pintada e incisa).
La cueva fue descubierta en 1905 por José Bullón Lobato, campesino con tierras arrendadas en el cercano Rancho del Harillo, al observar la salida de numerosos murciélagos mientras buscaba guano para las tierras. Tras encontrar en sus primeras incursiones las primeras pinturas rupestres denominó al enclave Cueva de los letreros que más tarde tomó el nombre de la Pileta por el cerro en el que se encontraba. La noticia no tardó en extenderse por los pueblos de los alrededores y en 1907 el coronel retirado Willoughby Verner, residente en la cercana ciudad de Algeciras, conoció la existencia de la cueva mientras se encontraba en la localidad de Jimera de Líbar.
Verner visitaría el lugar en los años siguientes de 1909, 1910 y 1911 publicando este último año «Letters from Wilder Spain. A mysterious Cave» en la revista británica The Saturday Review. Este trabajo llegó a manos del antropólogo Henri Breuil que acompañado de Verner y de los estudiosos Hugo Obermaier, Paul Wernert y Juan Cabré visitaron la cueva en 1912. Como consecuencia de estas visitas aparecería la monografía La Pileta a Benaojan bajo el patrocinio del príncipe Alberto I de Mónaco.​
Tras estos primeros trabajos de investigación fueron numerosos los científicos que llegaron a la cueva de la Pileta realizándose múltiples exploraciones. Debido a la importancia de los restos y pinturas presentes en la cueva en 1924 mediante Real Orden de 25 de abril la cueva de la Pileta fue declarada monumento arquitectónico-artístico con denominación de Bien de Interés Cultural.​ Todas las expediciones iban acompañadas por el descubridor de la gruta, Tomás Bullón, que gracias al conocimiento acumulado sobre la topografía de la cueva descubrió en 1924 la actual entrada (la original durante la ocupación prehistórica de la cueva) y en 1933 las llamadas Nuevas Galerías y las Galerías del SEU donde se localizaron esqueletos humanos.​
En la década de 1940 se procedió a acondicionar el interior de la cueva tallando escalones allí donde era necesario con el objetivo de facilitar el tránsito por su interior. No sería hasta 1992 cuando los hijos de Tomás Bullón acompañados por el grupo de espeleólogos del Grupo Espeleológico Alpino Rondeño (GEAR) de Ronda descubrieron un nuevo tramo en la cueva de 250 metros de longitud.



Gracias al estudio estilístico de las pinturas rupestres (comparándolas con otros yacimientos del Levante español, principalmente Parpalló), y al análisis de los restos humanos, líticos y cerámicos localizados en el interior de la Cueva de la Pileta,​ se han documentado cuatro fases de ocupación durante el periodo paleolítico superior: Solutrense medio, Gravetiense, Magdaleniense Medio y Magdaleniense Superior,​ con características pinturas ocres y rojas y motivos zoomorfos y fases de ocupación neolíticas con series de pinturas distribuidas por toda la cueva, generalmente de color negras y motivos geométricos.
La prolongada presencia humana y la profusión de representaciones artísticas que contiene se ha relacionado con el papel que ejercería la cueva como sitio de agregación, lugar de reunión de varios grupos de cazadores-recolectores de la región que viajarían a través de los cauces del río Guadiaro y de los pasos naturales de la zona. De este modo estilo y motivos similares a los localizados en este emplazamiento son localizados comúnmente en diversas cuevas y abrigos de la Serranía de Ronda, Sierra de Grazalema y Campo de Gibraltar, lugares desde los que o hacia los que se desplazaban los grupos humanos que poblaron el yacimiento.​
La cronología de las pinturas abarca varios milenios, desde hace aproximadamente 20.000 años pudiéndose observar la evolución en la técnica pictórica desde las más antiguas representaciones naturalistas hasta las más tardías esquemáticas. Aún con esto suelen repetirse los motivos zoológicos representados como puede constatarse en el caso concreto de los cápridos cuyas primeras manifestaciones se corresponden al solutrense medio y las últimas al magdaleniense superior.​
Dentro de las pinturas paleolíticas representando animales destaca la denominada yegua preñada, pintura que encuentra similitudes con otras cuevas del sur de la península como la cueva del moro situada en el término municipal de Tarifa. El análisis de esta pintura y sus equivalentes con las existentes en otras cuevas del levante español permiten establecer una cronología solutrense encontrándose en un estrecho lienzo junto a una gran cantidad de representaciones, entre las que destacan diversos símbolos serpentiformes, en lo que habitualmente ha venido a llamarse el santuario.​
Destaca también la figura llamada el pez situado en una amplia sala que hoy toma su nombre. Pinturas de peces pueden encontrarse también en otras cuevas de la región como la cueva de Ardales, de las Motillas (Jerez de la Frontera) o de Nerja y se relaciona con el complejo solutrense, momento en el que las artes de pesca comenzaban a desarrollarse.​ En el interior de esta figura aparece otra que usualmente se interpreta como una foca aunque algunos estudios indican que podría tratarse de una figura femenina.​
Las pinturas neolíticas repiten los motivos animales, siendo éstos representados de forma muy esquemática; otras figuras compuestas por líneas y la mayoría de las veces relacionadas con antropomorfos y zoomorfos son interpretadas como calendarios o algún tipo de notación numérica.​ Otros motivos son mucho menos frecuentes como la representación de manos positivas tan usuales en la cercana cueva de Ardales y que en el interior de La Pileta son meramente testimoniales.







El Monumento Natural Cueva del Gato está formado por la caverna y la cavidad que da salida a las aguas del río Guadares o Gaduares. Situado a unos pocos kilómetros de Benaojan ofrece un gran valor paisajístico, tanto por sus componentes naturales como culturales. El manantial presenta unas aguas permanentes y cristalinas después superar un tramo subterráneo de más de cuatro kilómetros, desde su infiltración en la Garganta del Hundidero hasta la salida por la Cueva del Gato. En realidad, la cueva es la boca sur de un conjunto espeleológico denominado Sistema Hundidero-Gato, aunque habitualmente se suele conocer a todo el conjunto por el nombre de ésta, su boca más famosa. De origen cárstico, se trata del sistema más importante de Andalucía, con simas, lagos, sifones, cañones y salas que llegan a alcanzar hasta los 70 metros de altura. Es de interés la confluencia de los ríos Guadares y Guadiaro, poblada por una representativa vegetación de ribera que permite observar diversas aves acuáticas. La cavidad alberga también una de las mayores colonias sedentarias de murciélagos cavernícolas, importantes pinturas rupestres, tanto en la boca como en el interior de la cavidad, y cultura material del Neolítico (cerámica cardial). Este hecho ha propiciado su declaración como Bien de Interés Cultural. En el entorno se pueden apreciar otros elementos etnográficos de interés como el Puente del Pontón, el Molino de las Cuatro Paradas y el camino medieval, antigua calzada romana. También conviene destacar la estrecha relación existente entre esta cavidad y el bandolerismo decimonónico de la Andalucía Romántica, que tanta atención ha merecido por parte de científicos y viajeros. En este sentido, ya es nombrada por los viajeros ingleses durante la segunda mitad del siglo XVIII.
A los pies nos espera una laguna azul turquesa en la que, a pesar de su aspecto paradisíaco, el agua está congelada. Y es que su nombre no puede ser más acertado: Charco frío. Lamentablemente, hoy la cueva no se puede visitar. Según indica la Junta de Andalucía, no está habilitada para el tránsito de personas y solo es posible entrar en su interior con una autorización especial. Hasta hace unos años, algunas compañías de multiaventura tenían permitido organizar salidas de espeleología en ellas.
De lo que sí podemos disfrutar es de sus alrededores. De la cascada que cae de la boca de la cueva y de un refrescante baño en las aguas permanentes y cristalinas del río. Hay que tener en cuenta que el charco tiene diferentes profundidades y, cuanto más al centro, más hondo es. Su entorno es boscoso, por lo que hay bastante sombra, y en la orilla hay una zona llana donde podemos tumbarnos a descansar.




El río Guadiaro tiene la importante aportación hídrica del manantial de los Cascajales (El Nacimiento) situado en la barriada de la Estacion, que justifica la localización histórica de molinos hidráulicos en su entorno, la mayoría en las inmediaciones entre el casco histórico y la estación. En el término municipal de Benaoján las fuentes son abundantes; lo que explica la cantidad de albercas que existen. Hay quien conoce Benaoján como el pueblo de las mil fuentes.
Benaoján cuenta con dos de los nacimientos más singulares de la Serranía, aunque no den vida a ríos importantes. Se trata del Molino del Santo, en la Estación, y de la Cueva del Gato de la que ya hemos dado informacion.
El origen de los Cascajales está en la acumulación de agua que se da en las rocas calizas y que aflora al exterior cuando contacta con materiales geológicos más impermeables. En este caso, el Nacimiento recoge las aguas del "polje" de Benaoján y de las sierras cercanas. En las márgenes del nacimiento pueden observarse conducciones que llevaban al agua a molinos harineros y a una central hidroeléctrica, lo que da fe de los excelentes caudales de esta surgencia kárstica.



GASTRONOMIA:

La gastronomía de Benaoján refleja la riqueza de la cocina andaluza, con influencias tanto de la tradición local como de la herencia árabe.
Como ya has podido comprobar, en Benaoján destacan sobre todo sus embutidos famosos resultado de la buena crianza de ganado porcino en unas condiciones naturales inmejorables. Esto es algo que tiene una tradición de más de cien años, en la que se lleva a cabo la elaboración de embutidos del cerdo como el lomo en manteca o los chorizos al vino, de gran calidad a causa de la crianza de los ganados porcinos entre encinas. Otras especialidades de la cocina de Benaoján son el gazpacho caliente y el sabroso conejo al ajillo. La repostería local suele incluir dulces como pestiños, roscos y otros postres tradicionales de la región.


FIESTAS:

Feria de San Marcos. Se celebra el día 25 de abril. Es el Patrón de Benaoján y además lo es de Venecia y de otras poblaciones de España y se le representa con un león. Se desconoce desde cuando es Patrón de Benaoján. La organización de estos festejos corre a cargo de seis mayordomos, que son nombrados en la misa de un año para otro y que se encargan de ir trabajando durante un año para conseguir el dinero y así poder organizar la feria (papeletas, libro de anuncios, alquiler de locales para celebración de días especiales etc.). Fiesta que se celebra con gran devoción en el pueblo y donde la imagen de San Marcos se saca en procesión, con una gran cohetada. En ella se organizan actividades de todo tipo y se ofrecen degustaciones, al son de la música y bailes regionales.

Feria de Nuestra Señora del Rosario. Las fiestas en honor a Ntra. Sra. del Rosario se celebra el día 7 de Octubre, es la patrona de Benaoján. Se desconoce la fecha cuando se estableció como Patrona de dicho pueblo. La organización de estos festejos corre a cargo de cuatro mayordomas, que son nombradas en la misa de un año para otro y que se encargan de ir trabajando durante un año para conseguir el dinero y así poder organizar la feria. Se organizan pasacalles y actuaciones en la plaza del pueblo, además de la tradicional verbena con música y bailes que amenizan la fiesta.

Verbena del Tren. Se celebra a finales de Julio o principio de Agosto, tiene lugar en la estación de Benaoján, dicha fiesta se ha hecho muy popular tanto a nivel local como a nivel comarcal. Su comienzo fue en el año 1987. Cabe destacar “la fiesta del agua” que se celebra el domingo como colofón final y la degustación ese mismo de día de chorizos al vino y sangría de manera gratuita.

Feria de la Chacina. Esta Feria es conocida debido a su tradicional sector industrial de transformación de productos cárnicos, desde hace más de cien años, suministra los mercados a nivel nacional e internacional. Se celebra en el mes de Diciembre. Su comienzo fue en el año 2002. En dicha feria además se encuentran distintos stands que ponen a nuestra disposición sus productos artesanales procedentes de distintos municipios de la comarca, cabe destacar las chacinas y los embutidos, mieles, dulces, panes, conservas y postres. En dicha feria además se puede disfrutar de las degustaciones de lomo frito, chorizos al vino y callo.










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